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Hay que dar gracias a Dios por celebrar este día mundial, consideramos que es de oración por los enfermos para que se sientan fortalecidos, elegidos de llevar una cruz, dijo el Obispo Auxiliar de Xalapa, Rafael Palma Capetillo, en el albergue de la Misericordia de Dios, que forma parte de la Asociación Vida Humana Integral, organismo que atiende a personas afectadas por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
Hay que dar gracias a Dios por celebrar este día mundial, consideramos que es de oración por los enfermos para que se sientan fortalecidos, elegidos de llevar una cruz, dijo el Obispo Auxiliar de Xalapa, Rafael Palma Capetillo, en el albergue de la Misericordia de Dios, que forma parte de la Asociación Vida Humana Integral, organismo que atiende a personas afectadas por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
Ante internos, familiares y benefactores, reunidos en la capilla del albergue con 23 años de funcionamiento, Monseñor Palma Capetillo señaló en la homilía, todos estamos llamados a llevar la cruz de los que sufren esta enfermedad y es deber de todos, hacerle sentir que son amados, e importantes para Dios. Comentó también que el Evangelio habla de que Cristo nos pone en primer lugar el amar al prójimo, y llenar nuestras manos de obras de misericordia.
"Jesucristo se identifica con todos, y especialmente con aquellos que sufren, que necesitan de su amor, incluso nos dice que lo que hagan a una persona necesitada, a mí me lo estarán haciendo". Monseñor Palma Capetillo recordó que el Papa Francisco les ha subrayado que todos los días debemos hacer una obra de misericordia.
"Aquí mismo el mismo nombre del albergue (Misericordia de Dios Padre), nos recuerda que todos debemos ser misericordiosos", recalcó. Pidió compartir este momento de oración y convivencia, "cuándo estás obras las hacemos en el nombre de Jesús, nos llena del Espíritu Santo", cada enfermo es elegido para compartir la cruz de Cristo.
"No hay que llenarnos de amargura, tristeza. Somos valiosos para Jesús, no hay peor enfermedad que vivir en la amargura, en la tristeza, y el pecado, es por ello que hay que pedir a Dios que nos ayude".
Posterior a la ceremonia eucarística se organizó un convivio, todo como parte de las actividades organizadas en el Día Mundial de la Lucha contra el VIH/SIDA.
Información de Sipse