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En 2015, la Sagarpa entregó a la Universidad Autónoma de Zacatecas casi 220 millones de pesos para que diseñara planes y proyectos a favor del campo, pero en vez de eso, el dinero fue transferido a empresas y personas que no tenían el perfil para hacerlos, entre ellos edecanes, policías, columnistas, carniceros y recepcionistas.
Los proyectos que se debían ejecutar, terminaron en documentos con párrafos copiados de sitios como Wikipedia, monografias.com o buenastareas.com.
El caso forma parte de un nuevo paquete de averiguaciones iniciadas por la PGR en noviembre pasado y que involucran esquemas de fraude entre dependencias federales y universidades, modelo denunciado en “La Estafa Maestra”. Todas las averiguaciones fueron impulsadas por denuncias de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Este fraude en particular, que involucra a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, y la Universidad Autónoma de Zacatecas “Francisco García Salinas” (UAZ), fue descubierto gracias a una revisión de la Auditoría, cuya denuncia penal ante la Procuraduría se presentó el pasado 31 de octubre.
Lo que los auditores encontraron es que burlando todo esquema de licitación o transparencia, la SAGARPA le entregó fondos a la Universidad por servicios que esta se comprometió a hacer, pero que luego transfirió a proveedores y personas contratadas por honorarios, que eran incapaces de llevar a cabo lo contratado.
Cuando los auditores pidieron la comprobación de esos proyectos realizados, la dependencia y la Universidad entregaron informes que resultaron ser una copia de múltiples páginas de Internet, Y cuando se buscó a las empresas y personas involucradas en este esquema se encontró que la mitad de ellas negaron haber participado en estos procesos o firmado convenios.
En teoría, los firmantes de estos contratos fueron representantes de los 36 beneficiarios, el rector de la Universidad, y como testigos, el Director de Administración de Riesgos y la Subdirectora de Calidad, dependientes de la SAGARPA.
En este esquema de fraude, según la auditoría, estarían involucrados tanto el rector de la Universidad, así como directivos de SAGARPA que participaron en la firma de los convenios irregulares. La denuncia penal es contra quien resulte responsable por un posible daño al erario de 219 millones de pesos.
Preparando la estafa
De acuerdo con los hallazgos de la Auditoría Forense 15-0-08100-12-0340 practicada por la ASF, los 219 millones de pesos manejados irregularmente a través de este esquema fraudulento pertenecían al presupuesto del Programa de Productividad y Competitividad Agroalimentaria de SAGARPA, que forma parte del Plan Nacional de Desarrollo.
Lo recursos públicos fueron transferidos a través de una serie de movimientos que permitieron eludir controles de licitación, gracias a la complicidad de la Universidad y varias empresas y personas involucradas.
Todo inició en la propia SAGARPA que emitió, entre enero y octubre de 2016, cinco convocatorias para acceder a recursos del mencionado programa y cuya finalidad era la ejecución de estudios, investigaciones, diagnósticos, sistemas de información, asistencia técnica y capacitación en diversas actividades.
“Supuestamente”, señala la Auditoría, 36 beneficiarios de estos recursos emitieron propuestas para acceder a ellos pero a su vez pidieron, sin excepciones, que todo el presupuesto (219 millones de pesos) fuera transferido a la Universidad Autónoma de Zacatecas.
La SAGARPA firmó entonces convenios con cada uno de los 36 beneficiarios en donde éstos aceptaban que el recurso federal no les fuera transferido a ellos sino a la universidad. Los 36 beneficiarios también firmaron un contrato de cesión de derechos con dicha casa de estudios.
Finiquitado lo anterior la SAGARPA firmó directamente con la Universidad cinco convenios de colaboración y le transfirió los recursos cedidos ya por los beneficiarios: en total 219 millones 430 mil pesos.
“La Universidad declaró que contaba con los profesionales especializados, así como con los recursos técnicos y de capacitación, necesarios para la ejecución, supervisión y seguimiento de las acciones encomendadas en los mismos, así como, con los recursos humanos, materiales y técnicos suficientes para ejecutar con eficacia y calidad los servicios solicitados por la SAGARPA, por lo que sería la única responsable de su ejecución”, señala la auditoría.
Pero lo anterior, como es el común denominador en los fraudes con la modalidad de La Estafa Maestra resultó ser falso. La Universidad no ejecutó los servicios sino que transfirió el dinero otras empresas y personas en condiciones opacas e irregulares.
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