Noticias de Yucatán
Por un breve tiempo se ignoró la identidad del comprador de uno de los dos cuadros de da Vinci aún en manos de coleccionistas privados, pero una investigación reveló quién pagó la suma de $450.3 millones de dólares por “Salvator Mundi”.
Se trata de un príncipe saudí poco conocido llamado Bader bin Abdullah bin Mohammed bin Farhan al-Saud, quien participó en la subasta organizada por la casa Christie’s de Nueva York el noviembre pasado.
Se sabe poco del príncipe Bader, pero se conoce con certeza que forma parte de una de las ramas más remotas de la familia real de Arabia Saudita que cuenta con una de las fortunas más grandes de Medio Oriente.
De acuerdo a una investigación del diario The New York Times (NYT), la compra se realizó en medio de una fuerte polémica que ha sacudido a la sociedad saudí, misma que acusa a algunos miembros de la familia real de haber incurrido en actos de corrupción y enriquecimiento ilícito.
Para los periodistas del diario resulta exótico que un príncipe musulmán haya pagado tanto por una obra que representa a Jesucristo, principal figura del cristianismo.
De acuerdo a una vocera de la casa de subastas que movió la obra de Leonardo da Vinci y la puso en manos de un príncipe saudí, una de sus políticas es no discutir la identidad de sus compradores sin su permiso.
Cuando el diario neoyorquino intentó ponerse en contacto con el Príncipe Bader, este simplemente ignoró las solicitudes.
Sin embargo hace unas horas la rama del museo del Louvre en la ciudad de Abu Dabi anunció en Twitter que la pintura adquirida por el miembro de la familia real llegaría a la ciudad como parte de su acervo.
La obra, además de ser controversial por ser por considerada por algunos como un cuadro que no fue pintando por da Vinci, sino por uno de sus aprendices, formará parte de la colección privada de un príncipe igual de polémico.
Según documentos analizados por el NYT, durante la subasta las autoridades de Christie’s le pidieron al representante del Príncipe Bader responder dos preguntas clave para saber si se trataba de un comprador serio: “¿De dónde saldrá el dinero con el que pagaría por la obra?” y “¿Cuál era su relación con el rey de Arabia Saudita Salmán bin Abdulaziz?”
Ambas preguntas fueron contestadas de manera escueta; primero alegando que el dinero viene del negocio de las bienes raíces y luego respondiendo que el comprador en potencia era “uno de cinco mil príncipes de Arabia Saudita”.
Según el diario, la identidad del príncipe era tan poco conocida que las autoridades de Christie’s tuvieron muchos problemas para identificarlo como un comprador serio a pesar de que este ya había hecho un depósito de 100 millones de dólares para demostrar que tenía los medios para pagar por la pintura.
Por un breve tiempo se ignoró la identidad del comprador de uno de los dos cuadros de da Vinci aún en manos de coleccionistas privados, pero una investigación reveló quién pagó la suma de $450.3 millones de dólares por “Salvator Mundi”.
Se trata de un príncipe saudí poco conocido llamado Bader bin Abdullah bin Mohammed bin Farhan al-Saud, quien participó en la subasta organizada por la casa Christie’s de Nueva York el noviembre pasado.
Se sabe poco del príncipe Bader, pero se conoce con certeza que forma parte de una de las ramas más remotas de la familia real de Arabia Saudita que cuenta con una de las fortunas más grandes de Medio Oriente.
De acuerdo a una investigación del diario The New York Times (NYT), la compra se realizó en medio de una fuerte polémica que ha sacudido a la sociedad saudí, misma que acusa a algunos miembros de la familia real de haber incurrido en actos de corrupción y enriquecimiento ilícito.
Para los periodistas del diario resulta exótico que un príncipe musulmán haya pagado tanto por una obra que representa a Jesucristo, principal figura del cristianismo.
De acuerdo a una vocera de la casa de subastas que movió la obra de Leonardo da Vinci y la puso en manos de un príncipe saudí, una de sus políticas es no discutir la identidad de sus compradores sin su permiso.
Cuando el diario neoyorquino intentó ponerse en contacto con el Príncipe Bader, este simplemente ignoró las solicitudes.
Sin embargo hace unas horas la rama del museo del Louvre en la ciudad de Abu Dabi anunció en Twitter que la pintura adquirida por el miembro de la familia real llegaría a la ciudad como parte de su acervo.
La obra, además de ser controversial por ser por considerada por algunos como un cuadro que no fue pintando por da Vinci, sino por uno de sus aprendices, formará parte de la colección privada de un príncipe igual de polémico.
Según documentos analizados por el NYT, durante la subasta las autoridades de Christie’s le pidieron al representante del Príncipe Bader responder dos preguntas clave para saber si se trataba de un comprador serio: “¿De dónde saldrá el dinero con el que pagaría por la obra?” y “¿Cuál era su relación con el rey de Arabia Saudita Salmán bin Abdulaziz?”
Ambas preguntas fueron contestadas de manera escueta; primero alegando que el dinero viene del negocio de las bienes raíces y luego respondiendo que el comprador en potencia era “uno de cinco mil príncipes de Arabia Saudita”.
Según el diario, la identidad del príncipe era tan poco conocida que las autoridades de Christie’s tuvieron muchos problemas para identificarlo como un comprador serio a pesar de que este ya había hecho un depósito de 100 millones de dólares para demostrar que tenía los medios para pagar por la pintura.