Sarco: una máquina que permite a las personas quitarse la vida

07 diciembre 2017


Ante esta cuestión el doctor Philip Nitschke ha creado y desarrollado una enorme máquina que tiene una forma entre cápsula, ataúd o sarcófago, la cual es llamada Sarco y tiene como principal objetivo, matar a su usuario de una manera pacifica y efectiva.

Philip Nitschke, es doctor, fundador del sitio pro-eutanasia llamado Exit International, donde lleva a cabo distintas campañas para lograr la legalización de la eutanasia. En 1996 tuvo éxito durante un breve periodo en Australia, donde pudo asistir la muerte de 4 pacientes, siendo el primer doctor en el mundo en aplicar una inyección letal de forma legal y voluntaria.

Sobre el funcionamiento de Sarco, es muy simple, una vez ensamblada y equipada con todos los elementos, la máquina se llenará de nitrógeno y el nivel de oxigeno se irá reduciendo hasta que el usuario se desmaye y luego, tras 5 minutos, tranquilamente deje de respirar. Posteriormente la cápsula donde se encuentra la persona fallecida se puede retirar de la base y ocuparse como ataúd, dejando el cuerpo en el interior.

Pero el primer y principal problema al que se enfrenta Nitschke y su invento es sobre ¿qué tipo de persona es candidata para usar este dispositivo? En primer lugar y para evitar muchos problemas, se estableció que de antemano el usuario debería superar los 50 años, o bien, presentar una condición médica bastante grave, ya sea incurable o le provoque a la persona demasiado dolor impidiéndole tener una vida plena.

Por otro lado, su inventor habla que todos los que deseen estos planos, deben completar previamente un complejo cuestionario, en el que se analizará el estado mental del solicitante para determinar si esta sano y que sus intenciones son honestas. Para esto, Philip explica que se está desarrollando una inteligencia artificial que detectará y analizará a través de las respuestas el estado mental del sujeto y si detecta que tiene una condición mental que nuble su juicio, le invitará a contactar ayuda.

Por ahora, la máquina se encuentra en desarrollo, pero su creador espera tenerla lista en poco tiempo, publicando los planos para poder imprimirse en 3D, desde cualquier parte del mundo —previamente aprobada la solicitud de los planos e instrucciones de uso—.
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