Noticias de Yucatán
Fidel Sánchez toma un respiro antes de soltar palabra y evitar se le quiebre la voz en el intento. Su mirada la fija en el terreno aún con escombros de lo que fue su casa. A horas de recibir el Año Nuevo la pasará debajo una estructura improvisada al lado de su familia.
En el Istmo de Tehuantepec, principalmente en Juchitán de Zaragoza, el terremoto del pasado 7 de septiembre no se ha acabado de ir. Las calles y barrios aun guardan restos de aquella fatídica noche, cuando la tragedia entró por debajo de la tierra y fracturó las paredes de miles de casas dejando desolación a su paso.
En víspera de Año Nuevo, se percibe soledad y tristeza. Decenas, cientos y miles pasaron las fiestas sin un techo.
La cifra del gobierno dice que apenas 12 mil o más ya tiene un lugar fijo donde vivir, de los poco más de 63 mil damnificados que resultaron tras el terremoto. Pero las calles, solo del municipio de Juchitán reflejan otro panorama.
"No nos hemos podido recuperar, hoy es un día más, aquí vamos a estar, bajo el polvo, la tierra y sin casa", dice Fidel Sánchez, vecino de la octava sección de Juchitán.
Fidel vive en una pequeña "casa improvisada" con lona, madera y lamina. No habrá festejo para recibir el 2018 y tampoco tienen motivo para celebrar.
"Hoy nuestra preocupación no es el año que llega porque no podemos hacer nada, hoy nos preocupa los hijos, nietos, nuestra casa para vivir".
A más de tres meses del 7 y 23 de septiembre, decenas de familias continúan viviendo en la calle prácticamente, durmiendo, comiendo y tomando polvo todos los días.
"Para este día no estamos contemplando nada especial, tal vez vengan uno de mis hijos, pero a ver cómo estamos no a celebrar", dice Fidel.
A unos cuantos metros se encuentra el terreno de Javier López Parada, a él ni el escombro de su casa derruida lo han apoyado para levantar.
"Aquí seguimos en espera de que vengan a levantar el escombro, estamos en espera para poder empezar la reconstrucción", dice retirando el sudor de la frente, pues aunque es temporada invernal, el clima sigue siendo caluroso.
Sobre el Año Nuevo no dice nada, parece no tener importancia, lo único que espera es que ya se acabe este "mal año", mientras un fuerte viento sopla y levanta el polvo de tierra que se junta por la calle.
Ambos vecinos señalaban que se ha complicado la reconstrucción de sus casas, ya que las carencias de materiales y falta de albañiles no les permiten iniciar.
"Se debería de disfrutar todos los días, más este fin de año, pero ahora nos tocó sufrir desde septiembre y lo que queremos es que ya se acabe", refieren.
En Juchitán las familias continúan retomando la normalidad, pero no se ha logrado en su totalidad, el sismo sigue presente en sus vidas. Todavía se percibe tristeza y desolación.
40 mil familias sin un techo
En cifras del gobierno del estado, al menos 40 mil familias en el Istmo de Tehuantepecse encuentran sin un techo; solo el 20% de los damnificados cuenta con una estructura adecuada o por lo menos un lugar dónde resguardarse.
Pero las cifras no son exactas, tampoco del avance que se tiene en el proceso de reconstrucción en esta región que sufrió el impacto mayor del primer sismo.
Al llegar el 2018, la promesa de que la mayoría tendría su casa en pie para pasar las fiestas no se cumplió. "Solo son promesas, nos gustaría que supieran lo que es pasar una noche en la calle".
Fidel Sánchez toma un respiro antes de soltar palabra y evitar se le quiebre la voz en el intento. Su mirada la fija en el terreno aún con escombros de lo que fue su casa. A horas de recibir el Año Nuevo la pasará debajo una estructura improvisada al lado de su familia.
En el Istmo de Tehuantepec, principalmente en Juchitán de Zaragoza, el terremoto del pasado 7 de septiembre no se ha acabado de ir. Las calles y barrios aun guardan restos de aquella fatídica noche, cuando la tragedia entró por debajo de la tierra y fracturó las paredes de miles de casas dejando desolación a su paso.
En víspera de Año Nuevo, se percibe soledad y tristeza. Decenas, cientos y miles pasaron las fiestas sin un techo.
La cifra del gobierno dice que apenas 12 mil o más ya tiene un lugar fijo donde vivir, de los poco más de 63 mil damnificados que resultaron tras el terremoto. Pero las calles, solo del municipio de Juchitán reflejan otro panorama.
"No nos hemos podido recuperar, hoy es un día más, aquí vamos a estar, bajo el polvo, la tierra y sin casa", dice Fidel Sánchez, vecino de la octava sección de Juchitán.
Fidel vive en una pequeña "casa improvisada" con lona, madera y lamina. No habrá festejo para recibir el 2018 y tampoco tienen motivo para celebrar.
"Hoy nuestra preocupación no es el año que llega porque no podemos hacer nada, hoy nos preocupa los hijos, nietos, nuestra casa para vivir".
A más de tres meses del 7 y 23 de septiembre, decenas de familias continúan viviendo en la calle prácticamente, durmiendo, comiendo y tomando polvo todos los días.
"Para este día no estamos contemplando nada especial, tal vez vengan uno de mis hijos, pero a ver cómo estamos no a celebrar", dice Fidel.
A unos cuantos metros se encuentra el terreno de Javier López Parada, a él ni el escombro de su casa derruida lo han apoyado para levantar.
"Aquí seguimos en espera de que vengan a levantar el escombro, estamos en espera para poder empezar la reconstrucción", dice retirando el sudor de la frente, pues aunque es temporada invernal, el clima sigue siendo caluroso.
Sobre el Año Nuevo no dice nada, parece no tener importancia, lo único que espera es que ya se acabe este "mal año", mientras un fuerte viento sopla y levanta el polvo de tierra que se junta por la calle.
Ambos vecinos señalaban que se ha complicado la reconstrucción de sus casas, ya que las carencias de materiales y falta de albañiles no les permiten iniciar.
"Se debería de disfrutar todos los días, más este fin de año, pero ahora nos tocó sufrir desde septiembre y lo que queremos es que ya se acabe", refieren.
En Juchitán las familias continúan retomando la normalidad, pero no se ha logrado en su totalidad, el sismo sigue presente en sus vidas. Todavía se percibe tristeza y desolación.
40 mil familias sin un techo
En cifras del gobierno del estado, al menos 40 mil familias en el Istmo de Tehuantepecse encuentran sin un techo; solo el 20% de los damnificados cuenta con una estructura adecuada o por lo menos un lugar dónde resguardarse.
Pero las cifras no son exactas, tampoco del avance que se tiene en el proceso de reconstrucción en esta región que sufrió el impacto mayor del primer sismo.
Al llegar el 2018, la promesa de que la mayoría tendría su casa en pie para pasar las fiestas no se cumplió. "Solo son promesas, nos gustaría que supieran lo que es pasar una noche en la calle".