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Broadcom se topa con el muro de Donald Trump en su intento por hacerse por la vía hostil con el control de su rival Qualcomm, el mayor fabricante de procesadores para dispositivos móviles. El presidente de Estados Unidos emitió una orden ejecutiva bloqueando la maniobra de la tecnológica con sede en Singapur. Se trata de evitar así que el gigante esté en manos de una compañía extranjera asiática.
Trump justifica el bloqueo por las “amenazas” que plantea la operación a la seguridad nacional, de acuerdo con la declaración hecha pública por la Casa Blanca pasadas dos horas del cierre de Wall Street. Con el decreto, se exige a las dos compañías que desistan de inmediato en las discusiones de fusión, que no han cuajado aún. También prohíbe a Broadcom proponer consejeros para su elección.
La decisión señala en concreto el riesgo que plantea la relación de Broadcom con empresas terceras, que no cita. La carta con el bloqueo sí repite en varias ocasiones que Qualcomm es la empresa líder en el desarrollo de la tecnología 5G y que está sentando el estándar para la industria. Si esta tecnología se transfiere a China, añade, “tendría consecuencias sustancialmente negativas para la seguridad nacional”.
La operación está valorada en 117.000 millones de dólares. A esta cantidad hay que sumar más de 25.000 millones en deuda. La reacción de la Casa Blanca es inusualmente rápida y sorprendente. Una semana antes de hacer su primera oferta, Hock Tan, consejero delegado de Broadcom, anunciaba que repatriaba la compañía a EE UU en una ceremonia en el Despacho Oval con Donald Trump.
Qualcomm hizo la primera tentativa de compra en noviembre. Pero el consejero delegado de Broadcom es conocido por su persistencia y mejoró su oferta en los meses sucesivos, tratando de ganarse a los inversores. La Casa Blanca ya forzó hace unos días que se aplazara la junta general de accionistas de la compañía de semiconductores estadounidense para torpedear la maniobra.
Broadcom está, en paralelo, en proceso de establecerse en San Diego precisamente para evitar las preocupaciones en materia de seguridad nacional. Pero una operación de esta envergadura planteaba también problemas desde la perspectiva de la competencia, por la concentración de los dos gigantes. La semana pasada se especuló con que Intel podría aprovechar para hacer una oferta por Broadcom. El País