Noticias de Yucatán
Reynaldo tiene 54 años y no acostumbra usar anteojos. Esta semana se los quitó con una calma que desconcierta, antes de enfrentarse a un ladrón armado que entró a su carnicería.
Lo que pasó después quedó registrado en las cámaras de vilancia del negocio. Reynaldo usas sus lentes solamente para leer notas e inventarios de Carnes Cares, negocio ubicado en avenida Las Rocas, en Monterrey, Nuevo León, el cual abre a las 7:30 de la mañana, tiene 15 empleados y 11 años funcionando. Es la mañana del 23 de abril de 2018. Como cada lunes, Reynaldo revisa los inventarios del negocio. Está parado junto a la caja cuando un joven entra al local, vestido con un pantalón corto, sudadera color azul marino con capucha y una gorra. “Vi que entró una persona, pero no hice caso. Le puse atención cuando se arrimó a la caja”, cuenta en entrevista. En ese momento, el joven corta cartucho frente a la cajera y le apunta con un arma, exige el dinero de la caja. La muchacha le contesta que no está cobrando.
Entonces, el asaltante se vuelve contra Reynaldo. “¡Dame el dinero, hijo de tu pinche madre, o si no, te voy a mandar a chingar a tu madre!”, le dice, apuntándolo con la pistola. La calma. Reynaldo se retira los lentes de lectura sin decirle nada. Otra de las trabajadoras del lugar llega a la espalda del ladrón sin saber que el lugar está siendo asaltado y, sin querer, distrae al asaltante, quien voltea hacia ella. Reynaldo aprovecha la oportunidad para abalanzarse sobre él, abrazarlo por el cuello y darle un golpe en el brazo con el que sostiene el arma. “Pensé que si no me tiraba el balazo a mí, iba a ir en contra de la muchacha. Realmente no lo pensé y actué, fue algo que no se planeó. Fue el instinto de supervivencia”, cuenta.
El comerciante y el criminal forcejean. Reynaldo logra que el asaltante tire su arma y el criminal saca un cuchillo para defenderse, pero Reynaldo logra esquivar los ataques y sale ileso. En su lucha, el asaltante queda desnudo de la cintura para arriba e intenta huir del local por la puerta principal, pero uno de los empleados logra interceptarlo y lo golpea antes de que éste logre a huir por la puerta.
“Entregamos al ladrón a la fuerza civil, pusimos la denuncia y quedó detenido”, expuso este hombre, considerado en redes sociales un héroe por el valor con el que enfrentó al ladrón. Reynaldo cuenta que sufre un asalto por mes en su negocio, situación de la que es víctima “todo el barrio”. “Han asaltado casas, negocios, a los transeúntes, a las personas que van en la calle o a los muchachos que vienen de la escuela”, dice, antes de aclarar que no poseé ninguna instrucción en defensa personal, pero que en sus años mozos practicó algo de box, “fue hace muchos años ya”, dice. Debido a la alta frecuencia de asaltos, Reynaldo celebra juntas mensuales con el personal, donde les pide que ante esa clase de situaciones no se enfrenten con los criminales, que abran la caja y que entreguen el dinero para no poner en riesgo su integridad física. “Si van a agarrar mercancía, que se la lleven”, les dice.
Fuente: El Universal
Reynaldo tiene 54 años y no acostumbra usar anteojos. Esta semana se los quitó con una calma que desconcierta, antes de enfrentarse a un ladrón armado que entró a su carnicería.
Lo que pasó después quedó registrado en las cámaras de vilancia del negocio. Reynaldo usas sus lentes solamente para leer notas e inventarios de Carnes Cares, negocio ubicado en avenida Las Rocas, en Monterrey, Nuevo León, el cual abre a las 7:30 de la mañana, tiene 15 empleados y 11 años funcionando. Es la mañana del 23 de abril de 2018. Como cada lunes, Reynaldo revisa los inventarios del negocio. Está parado junto a la caja cuando un joven entra al local, vestido con un pantalón corto, sudadera color azul marino con capucha y una gorra. “Vi que entró una persona, pero no hice caso. Le puse atención cuando se arrimó a la caja”, cuenta en entrevista. En ese momento, el joven corta cartucho frente a la cajera y le apunta con un arma, exige el dinero de la caja. La muchacha le contesta que no está cobrando.
Entonces, el asaltante se vuelve contra Reynaldo. “¡Dame el dinero, hijo de tu pinche madre, o si no, te voy a mandar a chingar a tu madre!”, le dice, apuntándolo con la pistola. La calma. Reynaldo se retira los lentes de lectura sin decirle nada. Otra de las trabajadoras del lugar llega a la espalda del ladrón sin saber que el lugar está siendo asaltado y, sin querer, distrae al asaltante, quien voltea hacia ella. Reynaldo aprovecha la oportunidad para abalanzarse sobre él, abrazarlo por el cuello y darle un golpe en el brazo con el que sostiene el arma. “Pensé que si no me tiraba el balazo a mí, iba a ir en contra de la muchacha. Realmente no lo pensé y actué, fue algo que no se planeó. Fue el instinto de supervivencia”, cuenta.
El comerciante y el criminal forcejean. Reynaldo logra que el asaltante tire su arma y el criminal saca un cuchillo para defenderse, pero Reynaldo logra esquivar los ataques y sale ileso. En su lucha, el asaltante queda desnudo de la cintura para arriba e intenta huir del local por la puerta principal, pero uno de los empleados logra interceptarlo y lo golpea antes de que éste logre a huir por la puerta.
“Entregamos al ladrón a la fuerza civil, pusimos la denuncia y quedó detenido”, expuso este hombre, considerado en redes sociales un héroe por el valor con el que enfrentó al ladrón. Reynaldo cuenta que sufre un asalto por mes en su negocio, situación de la que es víctima “todo el barrio”. “Han asaltado casas, negocios, a los transeúntes, a las personas que van en la calle o a los muchachos que vienen de la escuela”, dice, antes de aclarar que no poseé ninguna instrucción en defensa personal, pero que en sus años mozos practicó algo de box, “fue hace muchos años ya”, dice. Debido a la alta frecuencia de asaltos, Reynaldo celebra juntas mensuales con el personal, donde les pide que ante esa clase de situaciones no se enfrenten con los criminales, que abran la caja y que entreguen el dinero para no poner en riesgo su integridad física. “Si van a agarrar mercancía, que se la lleven”, les dice.
Fuente: El Universal