Noticias de Yucatán. Noticias de Hoy
Ante la canícula que sacude el norte de India, donde el termómetro alcanza los 47 grados, las autoridades combinan campañas de salud públicas con medidas de emergencia para evitar los golpes de calor que el año pasado provocaron más de 200 muertes. Mientras tanto, la población local y algunos políticos recurren a la superstición para conjurar a la lluvia y hacer frente a la inclemencia del tiempo, causante de graves sequías.
Si en aldeas de España se sigue cantando a 'la virgen de la cueva' para abrevar el campo yermo en época estival, en India se organizan ofrendas a Indra Dev, el dios hindú de rayos, truenos y lluvias, para regar sus tierras. El pasado sábado, vecinos de la sagrada y turística ciudad de Varanasi, en el estado de Uttar Pradesh, decidieron celebrar una boda especial para honrar a su deidad. No muy lejos de los ghats (estructuras con una escalinata junto a un río) que sirven de crematorios a las orillas del místico Ganges, un grupo de mujeres celebraba la unión al son electrizante de los tambores. Tras el baraat (la procesión que lleva al novio al altar), el sacerdote bendijo el enlace recitando mantras en sánscrito frente a los asistentes; maquillados con el kum-kum (polvo bermellón) sobre su frente como símbolo de unión en la religión hindú.
"Queremos que llueva en la ciudad. Es una vieja creencia que el casamiento de ranas hace feliz a Indra Dev. Así que celebramos esta boda para pedirle que nos traiga el monzón", declaró uno de los organizadores a la agencia de noticias ANI. Para finalizar, los boquiabiertos contrayentes fueron adornados con las tradicionales guirnaldas de flores mientras se grababa la ceremonia. Pese al esfuerzo de los allí presentes, los cónyuges ni croaron. Los batracios eran de plástico, para más inri. Como las inanimadas imágenes de madera de los pasos de las procesiones católicas, las dos ranas sintéticas también serán veneradas hasta el comienzo de las lluvias en una de las regiones de gigante asiático más afectadas por la sequía.
De no ser por la naturaleza inerte de las partes, esta celebración nada tiene de extraño entre algunos de los creyentes hindúes, incluidas personalidades públicas. El mismo día y a pocos kilómetros de Varanasi, la ministra para la mujer y el desarrollo infantil del vecino estado de Madya Pradesh, Lalita Yadav, atendió otra celebración similar en el municipio de Chhattarpur, con batracios vivos esta vez. El matrimonio fue oficiado por el sacerdote del templo local, Acharya Brijnandan, y atendido por cientos de invitados y habitantes de Bundelkhand, región gravemente afectada por años de sequías.
La ilustre presencia política en 'la boda de las ranas' no pasó desapercibida en las redes sociales ni en el partido de la oposición. “Es un intento de desviar la atención de la gente en nombre de la religión y de las tradiciones arcaicas. Habría sido mucho mejor si ella [Lalita Yadav] hubiese invertido su tiempo y energía en solucionar los problemas ciudadanos”, dijo Alok Chaturvedi, líder del Partido del Congreso en la región.
Ante las críticas, la responsable estatal del departamento de mujer y el desarrollo infantil, replicó: “No es superstición, sino una tradición lógica y necesaria para equilibrar la naturaleza. La sequía es el resultado de un trastorno del entorno. Como el medio ambiente no es feliz con Bundelkhand, estamos tratando de complacer al dios para crear equilibrio. Tiempo atrás, nuestros ancestros solían organizar rituales religiosos en el templo”, explicó Lalita Yadav, según recoge el medio local Hindustan Times.
No parece que estas tradiciones hayan desaparecido. En 2009, vecinos de un distrito del estado de Jharkhand afectado por continuas sequías también organizaron un matrimonio batracio, con un banquete final al que invitaron a más de 500 personas y para el que incluso alquilaron un coche en el que trasladar 'novio'.
Mientras el sur y el litoral central del subcontinente llevan semanas sumergidos en el monzón, las poblaciones de varios estados centrales –y sus políticos– se ven afectados por los golpes de calor. Se espera que las lluvias lleguen al centro de India hacia finales junio; dioses y ranas mediante.
Fuente El País