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Una niña homínida que murió hace 3.3 millones de años podría ser clave para descubrir que nuestros antepasados también trepaban por los árboles.
De acuerdo a un análisis publicado por el Science Adcances, la pequeña es considerada el esqueleto mejor conservado de la especie "Australopithecus afarensis"; fue encontrada hace diez años al noroeste de Etiopía.
La niña, llamada Selam o "niña de Dikika", tiene la articulación del dedo gordo del pie más curvada que los restos de adultos encontrados en la misma zona que ella.
Esto demuestra que la niña tenía una mayor libertad de movimiento lateral de los pulgares del pie, lo que facilitaría la sujeción.
Tomando en cuenta las características de la pequeña y sumándolo a la estructura de los brazos de especímenes adultos, investigadores llegaron a la conclusión de que la especie solía andar en dos pies durante el día, pero subía a los árboles a dormir durante la noche para resguardarse de los depredadores.
E incluso consideran que los homínidos jóvenes podrían haber pasado más tiempo en los árboles por el mismo motivo.
En tanto, los investigadores continúan analizando los restos fósiles encontrados para conocer más sobre la especie; sin embargo reconocen que algunas preguntas quedarán sin respuesta ante la poca diversidad de restos con los que cuentan.
Esta nota incluye información de: Science Adcances (El Debate).
- Una niña de 3.3 millones de años podría ser una pieza clave para conocer más sobre la especie "Australopithecus afarensis"
Una niña homínida que murió hace 3.3 millones de años podría ser clave para descubrir que nuestros antepasados también trepaban por los árboles.
De acuerdo a un análisis publicado por el Science Adcances, la pequeña es considerada el esqueleto mejor conservado de la especie "Australopithecus afarensis"; fue encontrada hace diez años al noroeste de Etiopía.
La niña, llamada Selam o "niña de Dikika", tiene la articulación del dedo gordo del pie más curvada que los restos de adultos encontrados en la misma zona que ella.
Esto demuestra que la niña tenía una mayor libertad de movimiento lateral de los pulgares del pie, lo que facilitaría la sujeción.
Tomando en cuenta las características de la pequeña y sumándolo a la estructura de los brazos de especímenes adultos, investigadores llegaron a la conclusión de que la especie solía andar en dos pies durante el día, pero subía a los árboles a dormir durante la noche para resguardarse de los depredadores.
E incluso consideran que los homínidos jóvenes podrían haber pasado más tiempo en los árboles por el mismo motivo.
En tanto, los investigadores continúan analizando los restos fósiles encontrados para conocer más sobre la especie; sin embargo reconocen que algunas preguntas quedarán sin respuesta ante la poca diversidad de restos con los que cuentan.
Esta nota incluye información de: Science Adcances (El Debate).