¿Por qué siempre perdemos las llaves?

20 octubre 2018
Noticias de Yucatán. Noticias de Hoy
CIUDAD DE MÉXICO.- Tu cerebro es, en esencia, una computadora, aunque sin muchos de los beneficios de un ordenador, como la capacidad de borrar archivos, de limpiarla y de guardar “documentos” en la “carpeta” que desees.

Por ello, dos de las características más interesantes del cerebro son la memoria y la atención.

La atención “es la fase inicial” del recuerdo, según Jocelyn Faubert, quien estudia la percepción en la Universidad de Montreal. Él dice que si no prestas toda tu atención a algo –como tus llaves– entonces aquello que quieras recordar en el futuro simplemente no estará en tu “memoria de trabajo”.

Este tipo de memoria es un espacio cognitivo donde tu mente guarda y manipula información y es aquella que utilizas, por ejemplo, cuando estás armando las frases que utilizarás para argumentar algo y cuando cocinas, porque le prestas atención a algo que está en tu campo de visión.

Cualquier cosa que esté en tu memoria de trabajo tiene la posibilidad de “consolidarse” en la de largo plazo si le prestas atención suficiente y trabajas en ella.

Además, de acuerdo con Benedict Carey, autor del libro How We Learn: The Surprising Truth About When, Where, and Why It Happens, los recuerdos se crean cuando has entrenado a tu cerebro para que “piense que algo es importante para tu supervivencia”.

Y aquí está la clave…
Entonces, ¿por qué perdemos las llaves?

Ya que entendimos cómo funciona la memoria de trabajo y la de largo plazo y entendimos que tu cerebro debe saber que algo es realmente importante, incluso para sobrevivir, podemos responder a la pregunta del millón:

La ironía de nuestra vida es que las llaves no son importantes para ti. “Una vez que llegas a casa puedes dejarlas por doquier”, de acuerdo con Faubert. Sin embargo, sí son importantes en un único momento: cuando te vas. Entonces es ahí cuando las buscas.

Si las dejas en cualquier sitio en “automático” cuando llegas a casa, es seguro que olvidarás dónde las dejaste porque no le prestaste atención y, como ya estabas en tu "lugar objetivo", ya nada más te preocupaba.

En este caso, la mejor opción es designar un lugar especial para ellas y respetarlo. Puede ser la puerta, la pared un lugar especial, en la mesa e incluso un cenicero. Lo importante es que no las cambies de lugar. Fuente:dineroenimagen.
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