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Cáncer, esa es la palabra más repetida si buscamos en internet cómo afecta el horno microondas al ser humano. Se trata de unos de los bulos más extendidos sobre este electrodoméstico imprescindible en todas las casas. De hecho, está presente en el 94% de hogares españoles. El invento de Percy Spencer ha llevado la comodidad a las familias, pero también crea cada día nuevas incertidumbres sobre cómo utilizarlo y, sobre todo, su efecto sobre los alimentos.
Los comentarios más comunes entre los usuarios son que la comida cocinada en microondas pierde nutrientes, que existen riesgos asociados a introducir envases de plásticos en este electrodoméstico y las incertidumbres sobre el uso de los nuevos elementos de silicona para cocinar. Algunas de estos aspectos van acompañados de bulos que se han difundido ampliamente por toda la sociedad.
Paloma Quintana, dietista-nutricionista del Centro de Nutrición Aleris y también tecnóloga alimentaria, comenta a EL ESPAÑOL qué hay de cierto y falso en estas creencias, además de explicar cuestiones imprecisas sobre este aparato cuyo primer prototipo se remonta a 1947.
La cuestión más repetida es que cocinar en microondas provoca que la comida pierda nutrientes y se estropee. Se trata de algo que en parte es real, pero que está sobredimensionado al achacar este problema solo al microondas. En realidad, la cocción de alimentos, como las verduras, en agua, también produce una pérdida de nutrientes, que acaban en el líquido y, consecuentemente, yéndose por el sumidero.
En este sentido la nutricionista ha apuntado que, para evitar que se estropeen los alimentos, lo principal es saber utilizar el microondas correctamentepara conservar sus propiedades. La clave está en saber calcular tanto el tiempo como la potencia a la que se debe cocinar. El sobrecocinado es el verdadero enemigo de la calidad de los alimentos, ya sea en un electrodoméstico, en la sartén, al horno o cocido en agua.
Otra de la creencias es que los microondas eliminan las bacterias de los alimentos, algo que es cierto pero solo en parte. “Las bacterias que mueren con calor, morirán en el alimento al alcanzar una determinada temperatura independientemente del método con el que se alcance esta”, ha relatado. Por lo que si se alcanza la temperatura adecuada, el microondas obrará igual que cualquier sartén u olla a alta temperatura.
En este sentido la nutricionista ha resaltado que la mayor parte de la comida que consumimos es segura frente a los microorganismos, por los mecanismo de control sanitario que tienen los alimentos que compramos en los establecimientos. A pesar de ello, ha apuntado a la necesidad de velar por su buena conservación y prestar especial atención a los alimentos que se dude de su procedencia o no hayan seguido controles.
El riesgo de los envases de plástico
Por mucho se diga, no hay ningún estudio que certifique que exista ningún problema en calentar alimentos en el microondas, ni por estar cerca del mismo. El mayor riesgo que existe es emplear envases de plástico para calentar ya que podrían traspasar a la comida materiales peligrosos.
Existen algunos táper que incluyen un símbolo -un pequeño icono que representa al electrodoméstico- que indica que se pueden introducir en el microondas. A pesar de ello, existe el riesgo, según la nutricionista, de que estos se desgasten y puedan dejar de impedir el traspaso de materiales del plástico a la comida.
“Cuando un envase de este tipo está muy usado, fregado con un estropajo muy fuerte, albergado ácidos como tomate o limón, o alterada la estructura física, ya no está como nos los vendieron. Ya no se puede asegurar que no esté migrando plástico a la comida” ha explicado. “Yo recomiendo que no se utilice plástico en el microondas”, ha sentenciado la nutricionista.
Asimismo, ha indicado que en ninguna circunstancia se deben meter al microondas envases reutilizables, tarrinas de helado, ni recipientes de yogur. Del mismo modo, ha explicado que la típica tapa protectora para evitar que se manche el electrodoméstico no implica ningún riesgo ya que no entra en contacto con la comida.
Cocinar en silicona
Sin embargo, la introducción de recipientes de silicona que permite cocinar al vapor en el microondas, ha cambiado el panorama. Se trata de una especie de estuche que cierra casi herméticamente y permite la cocción de los alimentos.
La OCU se ha pronunciado aprobando la silicona de la que están hechos estos elementos para microondas. Por lo que se conoce hasta ahora, los polímeros del material son resistentes y no traspasan ningún tipo material a los alimentos.
La nutricionista ha recomendado comprar siempre estos elementos en establecimientos homologados, ya que se trata de un invento muy reciente, para evitar así posibles riesgos.
Cáncer, esa es la palabra más repetida si buscamos en internet cómo afecta el horno microondas al ser humano. Se trata de unos de los bulos más extendidos sobre este electrodoméstico imprescindible en todas las casas. De hecho, está presente en el 94% de hogares españoles. El invento de Percy Spencer ha llevado la comodidad a las familias, pero también crea cada día nuevas incertidumbres sobre cómo utilizarlo y, sobre todo, su efecto sobre los alimentos.
Los comentarios más comunes entre los usuarios son que la comida cocinada en microondas pierde nutrientes, que existen riesgos asociados a introducir envases de plásticos en este electrodoméstico y las incertidumbres sobre el uso de los nuevos elementos de silicona para cocinar. Algunas de estos aspectos van acompañados de bulos que se han difundido ampliamente por toda la sociedad.
Paloma Quintana, dietista-nutricionista del Centro de Nutrición Aleris y también tecnóloga alimentaria, comenta a EL ESPAÑOL qué hay de cierto y falso en estas creencias, además de explicar cuestiones imprecisas sobre este aparato cuyo primer prototipo se remonta a 1947.
La cuestión más repetida es que cocinar en microondas provoca que la comida pierda nutrientes y se estropee. Se trata de algo que en parte es real, pero que está sobredimensionado al achacar este problema solo al microondas. En realidad, la cocción de alimentos, como las verduras, en agua, también produce una pérdida de nutrientes, que acaban en el líquido y, consecuentemente, yéndose por el sumidero.
En este sentido la nutricionista ha apuntado que, para evitar que se estropeen los alimentos, lo principal es saber utilizar el microondas correctamentepara conservar sus propiedades. La clave está en saber calcular tanto el tiempo como la potencia a la que se debe cocinar. El sobrecocinado es el verdadero enemigo de la calidad de los alimentos, ya sea en un electrodoméstico, en la sartén, al horno o cocido en agua.
Otra de la creencias es que los microondas eliminan las bacterias de los alimentos, algo que es cierto pero solo en parte. “Las bacterias que mueren con calor, morirán en el alimento al alcanzar una determinada temperatura independientemente del método con el que se alcance esta”, ha relatado. Por lo que si se alcanza la temperatura adecuada, el microondas obrará igual que cualquier sartén u olla a alta temperatura.
En este sentido la nutricionista ha resaltado que la mayor parte de la comida que consumimos es segura frente a los microorganismos, por los mecanismo de control sanitario que tienen los alimentos que compramos en los establecimientos. A pesar de ello, ha apuntado a la necesidad de velar por su buena conservación y prestar especial atención a los alimentos que se dude de su procedencia o no hayan seguido controles.
El riesgo de los envases de plástico
Por mucho se diga, no hay ningún estudio que certifique que exista ningún problema en calentar alimentos en el microondas, ni por estar cerca del mismo. El mayor riesgo que existe es emplear envases de plástico para calentar ya que podrían traspasar a la comida materiales peligrosos.
Existen algunos táper que incluyen un símbolo -un pequeño icono que representa al electrodoméstico- que indica que se pueden introducir en el microondas. A pesar de ello, existe el riesgo, según la nutricionista, de que estos se desgasten y puedan dejar de impedir el traspaso de materiales del plástico a la comida.
“Cuando un envase de este tipo está muy usado, fregado con un estropajo muy fuerte, albergado ácidos como tomate o limón, o alterada la estructura física, ya no está como nos los vendieron. Ya no se puede asegurar que no esté migrando plástico a la comida” ha explicado. “Yo recomiendo que no se utilice plástico en el microondas”, ha sentenciado la nutricionista.
Asimismo, ha indicado que en ninguna circunstancia se deben meter al microondas envases reutilizables, tarrinas de helado, ni recipientes de yogur. Del mismo modo, ha explicado que la típica tapa protectora para evitar que se manche el electrodoméstico no implica ningún riesgo ya que no entra en contacto con la comida.
Cocinar en silicona
Sin embargo, la introducción de recipientes de silicona que permite cocinar al vapor en el microondas, ha cambiado el panorama. Se trata de una especie de estuche que cierra casi herméticamente y permite la cocción de los alimentos.
La OCU se ha pronunciado aprobando la silicona de la que están hechos estos elementos para microondas. Por lo que se conoce hasta ahora, los polímeros del material son resistentes y no traspasan ningún tipo material a los alimentos.
La nutricionista ha recomendado comprar siempre estos elementos en establecimientos homologados, ya que se trata de un invento muy reciente, para evitar así posibles riesgos.
Fuente: El Español