Una familia registró en cámara el pasado domingo un gigantesco tornado al norte de la ciudad neozelandesa de Ashburton a escasa distancia de la carretera por la que transitaban en su automóvil, informa el canal TVNZ.
El material gráfico fue publicado por Richard y Alesha Plew. La pareja aseguró que sus hijos de nueve y seis años, que viajaban junto a ellos, se quedaron petrificados y pensaron que el vehículo podía resultar succionado por el poderoso torbellino.
El tornado, que en ese momento se estaba acercando a la calzada, tenía una altura de unos 80 metros y un diámetro equivalente a la longitud de unos ocho automóviles colocados juntos, aseguró el padre de la familia.
"Se terminó acercando hasta unos diez metros del auto" mientras había "pedazos de vegetación y tierra" volando a su alrededor, recordó Alesha. Y agregó que "a pesar de parecer amenazante", el tornado no llegó a constituir un peligro real para ellos, ya que se desplazaba de manera sumamente lenta.