La petrolera estatal mexicana Pemex perdió 665 millones de dólares en su unidad de fertilizantes, ignoró a consultores y realizó inversiones de alto riesgo sin una estrategia comercial perceptible, según una auditoría gubernamental de sus operaciones en 2017.
El informe, divulgado esta semana, ofrece información sobre cómo Pemex terminó el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto con una deuda de 106,000 millones de dólares.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) utilizó un lenguaje inusualmente franco en su evaluación de cómo Pemex utilizó recursos públicos, en particular con respecto a la filial de la empresa de fertilizantes y una fallida unidad de generación de energía.
La compañía de fertilizantes sufrió pérdidas netas de 665 millones de dólares en 2017. A lo largo del año sus activos terminaron valiendo 1,100 millones de dólares menos.
"Destruyó valor económico en su operación", afirma el documento, que forma parte del último de los tres informes de la ASF sobre el estado de las finanzas del gobierno en 2017.
Pemex no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se ha comprometido a fortalecer a la estatal reduciendo el gasto excesivo, el robo de combustible y la corrupción. Pero agencias de calificación e inversores temen que los planes de modernizar las refinerías de México puedan presionar más sus finanzas.
David Colmenares, quien dirige la ASF desde antes de las elecciones presidenciales del año pasado, dijo a Reuters que los resultados mostraron que "hay que hacer una reingeniería completa de Pemex".
"Pensamos que, resolviendo mucho de estos puntos, vamos a poder recuperar las finanzas de la empresa", afirmó Colmenares. El funcionario reconoció la corrupción en la petrolera, citando ejemplos de contratos otorgados a compañías de reciente creación sin experiencia en energía.
MAL NEGOCIOMuchos de los problemas en Pemex Fertilizantes, una subsidiaria creada bajo la reforma energética de Peña Nieto, se deben a la compra de dos plantas de fertilizantes en 2013 y 2016, afirma el informe.
Ambas habían pertenecido previamente a Pemex antes de su privatización en la década de 1990 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Peña Nieto.
ProAgro, la primera planta, no estaba operativa cuando Pemex la compró por 475 millones de dólares y este año todavía no está funcionando, pese a tres intentos de reactivarla. La segunda instalación, Fertinal, operaba muy por debajo de su capacidad, según el documento.
Antes de la compra, auditores internacionales, incluyendo PWC, advirtieron a la junta directiva de Pemex del lamentable estado de las dos plantas, pero la compañía las compró de todos modos, según el informe.
De manera similar, Pemex creó una nueva unidad de generación de energía, llamada Pemex Cogeneración y Servicios, en 2015, sin que el consejo de administración presentará ninguna evidencia o estudio para demostrar que podría ser un negocio rentable, agrega el texto.
Sin ninguna infraestructura para generar electricidad, la compañía perdió 19 millones de dólares en 2017. Pemex cerró la unidad el año siguiente.
Wilbur Matthews, director de Vaquero Global Investment, con sede en Texas, calificó las decisiones comerciales de Pemex durante el período 2013-2018 como "completamente incongruentes".
"La forma en que llevaban a cabo negocios en los últimos seis años no tenía ningún sentido", dijo Matthews.
Durante el mandato de Peña Nieto, Pemex asumió una deuda adicional de 47,000 millones de dólares, citando deterioro de las finanzas y compromisos para mantener los niveles de inversión en un momento de colapso para los precios del petróleo.
Shamaila Khan, directora de estrategias de deuda de mercados emergentes en la firma AllianceBernstein, que tiene 550,000 millones de dólares en activos bajo administración e invierte en bonos de Pemex, dijo que los problemas de la compañía se debían a que el gobierno federal le cobraba demasiados impuestos.
"El verdadero problema es que el gobierno le ha quitado mucho dinero a Pemex", comentó Khan, quien dijo que la administración de la petrolera había mejorado en los últimos años del gobierno de Peña Nieto.
"La decisión de hacer una reforma energética, reducir la carga de gastos para la empresa y tratar de estabilizar es en realidad una buena decisión desde la perspectiva de la administración", agregó. (Con reporte adicional de Adriana Barrera y Noé Torres. Traducido por Stefanie Eschenbacher. Editado por Janisse Huambachano).