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Expertos te dicen qué hacer si tenías un crédito hipotecario conyugal y te vas a divorciar.
Mancomunar una hipoteca permite acceder a una vivienda más grande y con más amenidades”, señaló Leonardo González, analista de Real Estate de Propiedades.com.
“El valor de la vivienda podría ser mayor al obtener un monto hipotecario de mayor rango de financiamiento, y en última instancia, significa una mayor riqueza del hogar derivada de su capital residencial”, añadió González.
De acuerdo con datos del Inegi, los divorcios en México se han incrementado constantemente. De 2000 a 2015, el número de separaciones creció 136.4 por ciento. Para 2015, había 22.3 divorcios por cada 100 matrimonios.
Independientemente de si contrataste un crédito hipotecario en conjunto con tu pareja, al momento de casarte se establecen dos tipos de relaciones: mediante una sociedad conyugal o mancomunada y por bienes separados.
Si el matrimonio fue a través de una sociedad conyugal, los bienes que llegue a tener la pareja serán de ambos.
Ana Ruiz Velázquez, abogada especialista en materia familiar, de Ruiz Velázquez y Asociados, explicó que prácticamente en el 80% de los divorcios se da este tipo de situaciones y en tal caso, la pareja debe llegar a un acuerdo sobre cómo dividir los bienes.
Si no se ponen de acuerdo, posterior al divorcio, hay una figura que se llama Incidentes de liquidación de sociedad conyugal, que lo que hace es que la propiedad sale a remate y de lo que se obtenga por la venta del inmueble corresponde el 50 por ciento a cada parte”, señaló la experta.
Créditos hipotecarios conyugales o mancomunados
El crédito conyugal es un programa de financiamiento donde el Fovissste y el Infonavit se unen, para que, conforme a las políticas de cada instituto, otorguen a sus derechohabientes casados, un financiamiento directo para la adquisición de una vivienda nueva o usada a nivel nacional”, explica el Fovissste en su página de internet.
Para solicitar un crédito de este tipo, es necesario que la pareja cuente con un acta de matrimonio.
Además, existe el crédito mancomunado, que otorgan las instituciones bancarias o las Sofomes.
En este caso, cada institución financiera tiene sus propias condiciones y solicita la documentación que considere necesaria. Puede otorgarse a parejas que viven juntas, aunque no estén casadas, e incluso entre familiares.
Para fines de la contratación del crédito ambos firmarán el contrato, sin embargo, el que aporte mayor ingreso será el que se reconozca como acreditado y el otro será el coacreditado, pero su situación será la misma, teniendo las mismas responsabilidades y beneficios”, apuntó en su página la Comisión Nacional para la Protección de Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
De este modo ambos se obligan a pagar el préstamo según lo convenido, y al final del crédito ambos serán dueños del inmueble en partes iguales sin importar quién aportó más y quién menos”, agregó el organismo.
“En caso de divorcio, los bienes que se encuentran hipotecados no pueden dividirse hasta que estén liquidados en un 100 por ciento. Porque la propiedad se encuentra en fase de pago, entonces en realidad le pertenece a un tercero”, destacó Ana Ruiz Velázquez.
Las instituciones financieras ofrecen varias alternativas, como hacer un ajuste en el plan de pagos, dependiendo del acuerdo al que llegue la pareja, o bien dejar un único dueño y hacer la sustitución de deudor, con lo que una sola persona queda como acreditada.
En cualquiera de los casos, la recomendación es acudir inmediatamente a la institución con la que se tiene el crédito hipotecario para hacer los ajustes necesarios, porque en caso de que se deje de pagar el crédito, la institución puede solicitar la liquidación de la deuda.
Siempre hay un representante, pero quienes tienen la deuda son ambos y en el caso de que el banco o la institución financiera quisiera demandar ese pago, los va a demandar a los dos”, concluyó Ana Ruiz. Fuente:Dineroeimagen.