Más de una docena de estados han tomado medidas para
declarar al material para adultos como una crisis de salud pública, y a algunos expertos les
preocupa que dicha clasificación vaya demasiado lejos, pues conlleva sus
propios riesgos.
El Senado de Arizona aprobó una resolución esta semana en la
que pide sistematizar la prevención de exposición del material, la cual es
cada vez más accesible en internet. Al menos una cámara legislativa ha aprobado
una resolución parecida en otros 15 estados.
Es una epidemia en nuestra sociedad, y esto demuestra que
tenemos un problema”, dijo la senadora estatal de Arizona Sylvia Allen, una
republicana que dijo que la pornografía contribuía a la violencia contra las
mujeres, la actividad sexual entre adolescentes y los embarazos no
planificados.
La resolución aprobada el lunes no lo prohíbe ni
crea otros cambios legales, pero podría ser un indicio de alguna medida a
tomarse más adelante. Declaraciones parecidas han sido aprobadas en estados
controlados por republicanos, desde Tennessee hasta Montana, y han sido
adoptadas en la plataforma nacional del Partido Republicano.
Muchos de las resoluciones están basadas en un modelo
escrito por el Centro Nacional sobre Explotación Sexual, una organización que
cita investigaciones que vinculan la pornografía con una serie de problemas y
argumenta que nadie la puede combatir sin ayuda porque está en todas partes.
Pero otros dicen que la clasificación de crisis pública es
una estrategia equivocada.
Algunas investigaciones han planteado interrogantes sobre
los efectos de materiales explícitos en jovencitos, pero su vinculación con
otros asuntos —como tráfico humano — es mucho menos convincente, dijo Emily
Rothman, profesora de ciencias de la salud en la Universidad Boston.
Las resoluciones podrían crear un estigma para
organizaciones marginalizadas, como la comunidad LGBTQ y obviar una pieza clave
del rompecabezas al excluir los pedidos de una educación sexual más integral
para adolescentes, dijo.
Y el porno no es un virus letal, dijo.
Si te pegas en el dedo gordo del pie, quizá sea algo que no
puedas resolver sin ayuda, pero no por eso es un asunto de salud pública”,
declaró Rothman.