Adrián
Valenzuela es uno de los mejores mecánicos especializados en motores, trabaja
en el taller de Bomberos Tijuana.
Pero los
arregla con el sentido del tacto, el oído y hasta el olfato.
“Básicamente
es el tacto y pues ya en un motor encendido es el olfato, aprender a distinguir
los tipos de humos y el ruido también con el oído”, dijo.
Al año y
medio de vida le detectaron glaucoma congénito y a pesar de varias operaciones,
a los 5 años perdió la vista por completo.
La mecánica
la aprendió siendo invidente.
“Hay que
tener muy buen sentido de ubicación, porque con un motor prendido, pues hay la
posibilidad de que me agarre una banda un dedo o una manos”, aseguró.
Sus jefes y
compañeros lo describen como uno de los mejores en el ramo, pero además de ser
excelente trabajador, dicen es un mejor ser humano.
Francisco
Javier Beltrán, jefe del taller de la Dirección de Bomberos Tijuana dijo que
Adrián es el único que les repara ese tipo de motores, que son serie 92 V8 y V6
electrónicos y mecánicos.
De hecho se
han llevado maquinarias a otros talleres y nadie los puede dejar como él”,
agregó.
Ordenado,
paciente, limpio y servicial son características que añade a su capacidad
laboral.
En el
taller ubicado en la zona centro de Tijuana se arreglan prácticamente todas las
unidades de la Dirección de Bomberos y un elemento fundamental es sin duda
Adrián.
Belem
Guadalupe López, electromecánico de la dirección mencionó que Adrián puede
ajustar unos frenos, un clutch e incluso hasta desarmar un motor, es decir,
todo lo relacionado con la mecánica sabe hacerlo.
“Cuando él
desarma una máquina yo tengo que ir a conectar, pero cuál es mi sorpresa, que
muchas veces ya está conectada, o sea, cómo le hace”, mencionó.
Tiene 53
años de edad y es de Los Mochis, Sinaloa, pero llegó a Baja California en 1988,
primero a Mexicali donde conoció a su ahora esposa y después se vino a Tijuana
donde tienen dos hijos.
Anhela la
estabilidad laboral, pues aunque tiene 8 años en Bomberos sigue siendo empleado
de confianza, sueña con lograr su base.
“Es reconfortante saber que cuando hay un logro, de sofocar alguna conflagración o algún evento importante que tuvo que ver algo que yo arreglé, pues claro que es gratificante”, dijo.
Elimparcial.
