La ciudad sueca de Eskilstuna, al oeste de Estocolmo, se ha
convertido en la primera del país en exigir el pago de una licencia para poder
pedir dinero en sus calles, una medida destinada a acabar con la mendicidad.
Quienes quieran ejercer de mendigos en Eskilstuna, un
municipio de algo más de 100 mil habitantes, a partir de este mes deben
solicitar por internet o en una comisaría el permiso, que cuesta 250 coronas
suecas y será válido un máximo de tres meses, además de mostrar un
documento de identidad.
Pedir dinero sin permiso en las zonas de la ciudad incluidas
en la normativa, centro, áreas de compra y exterior de instalaciones
deportivas, entre otras, será sancionado con multas.
“Es difícil saber en qué resultará, probamos nuevas vías
burocratizando y dificultando la actividad”, dijo a la televisión pública sueca
SVT el alcalde de la localidad, el socialdemócrata Jimmy Jansson.
La introducción de esa normativa municipal ha provocado
críticas de varias organizaciones sociales que consideran que así se
criminaliza la mendicidad.
“No se trata de perseguir a personas, sino de invocar la
gran pregunta: ¿Pensamos que hay que normalizar la mendicidad en la sociedad de
bienestar sueca? No veo la misma energía en criticar el hecho de que haya gente
que se ve obligada a pedir que en criticar nuestros intentos de poner reglas”,
lamentó Jansson.
Según recogen medios locales, la policía de Eskilstuna ha
recibido hasta ahora ocho solicitudes para obtener el permiso.
La normativa fue adoptada en mayo del año pasado por el
Gobierno local, compuesto por socialdemócratas, liberales y conservadores, pero
su entrada en vigor se vio retrasada al ser presentada una queja ante los
tribunales administrativos.