El Castillo de Chichén Itzá registró la madrugada del domingo un fenómeno arqueoastronómico de belleza indescriptible: la bajada de
la Serpiente Lunar.
La serpiente fue descubierta el 5 de abril de 1993 por el
arqueólogo mexicano Víctor Segovia Pinto y el matemático Eddie Salazar Gamboa.
La magia que se percibía en el lugar, gracias al intenso
color plata que bañaba la zona arqueológica de Chichén Itzá, aumentó con la
llegada del sacerdote maya Tiburcio Can May; quien a las 02.30 horas inició un
ritual para pedir permiso a Uh (la Luna), los aluxes (duendes) y otras deidades
de esa cultura milenaria.
“Fueron tan generosos que abrieron sus brazos para recibir
bendiciones y darnos permiso para ver el descenso de la Serpiente Lunar, pero a
cambio nos pidieron hacer un llamado a la humanidad: que luchen por la paz“,
dijo a el sacerdote.
El custodio José Keb Cetina también se maravilló. “Nunca en
estos 20 años que tengo trabajando en la zona arqueológica había visto una Luna
tan hermosa y un fenómeno tan precioso”.
Para Eddie Salazar, quien calculó la fecha y hora exacta del
fenómeno de 1990 a 2036, la presencia “vigorizante” de la Serpiente Lunar en el
Castillo lo llena de felicidad y alegría.
“Me siento inmensamente feliz y con una gran satisfacción al
comprobar que mis cálculos fueron exactos”, agregó el escritor e investigador
de la astronomía maya.
El fenómeno de la Serpiente Lunar se registra dos veces al
año. “Puede ser de abril a mayo o de septiembre a octubre, como en esta ocasión
que la diosa maya de la Luna, Uh, baja para agradecer la llegada de las lluvias
y las buenas cosechas”, refirió.
Fuente: Megamedia