Pekín, China.- Un grupo de astrónomos descubrió un agujero
tan grande en la Vía Láctea que desafía todos los modelos conocidos hasta
ahora sobre la evolución de las estrellas.
El LB-1 está a 15.000 años luz de la Tierra y tiene una masa
70 veces mayor que el Sol, según un estudio publicado por la revista científica
Nature, informó El Debate.
Se cree que la Vía Láctea contiene unos 100 millones de
agujeros negros estelares pero el LB-1 es dos veces más grande de lo que los
científicos creían posible hasta ahora, afirmó Liu Jifeng, el profesor del
Observatorio Nacional de Astronomía de China que lideró la investigación.
Los científicos están generalmente de acuerdo en que existen
dos tipos de agujeros negros. Los agujeros negros estelares más comunes -hasta
20 veces más grandes que el Sol- se forman como consecuencia del colapso de una
gran estrella hacia sí misma. También existen los agujeros negros supermasivos,
que son al menos un millón de veces más grandes que el Sol pero de origen
incierto.
Pero los investigadores creían hasta ahora que las estrellas
más comunes de la Vía Láctica echaban la mayor parte de sus gases a través de
los vientos estelares, lo que evitaba la aparición de agujeros negros del
tamaño del LB-1, dijo Liu Jifeng.
Una nueva tipología de agujero negro
Los astrónomos apenas están empezando a entender "la
abundancia de los agujeros negros y los mecanismos con los que se forman",
dijo a la AFP David Reitze, un físico del California Institute of Technology
(Caltech) que no está implicado en el descubrimiento.
El Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory
(Observatorio de Ondas Gravitatorias por Interferometría Láser), supervisado
por Reitze, había detectado hasta ahora algunas ondas de espacio tiempo que
sugerían la posibilidad de la existencia de agujeros negros en galaxias lejanas
mucho más grandes de lo que se creía posible.
Los agujeros negros estelares se forman normalmente como consecuencia
de las explosiones de supernova, un fenómeno que ocurre cuando una estrella de
gran tamaño se queman al final de su vida.
Según Reitze, la gran masa del LB-1 apunta a que "es un
nuevo tipo de agujero negro, formado por otro mecanismo físico".
El LB-1 fue descubierto por una equipo internacional de
científicos que usan el sofisticado telescopio chino LAMOST.
El tamaño del LB-1 fue confirmado por las imágenes de dos de
los mayores telescopios ópticos del mundo, el Gran Telescopio de Canarias (España)
y el Keck I (Estados Unidos).
Hasta ahora los científicos han podido descubrir agujeros
negros detectando los rayos X que emiten. Pero este método ha demostrada sus
límites porque solo algunos agujeros negros que tienen a su estrella orbitando
muy cerca emiten rayos X detectables, indicó Liu Jifeng en una rueda de prensa.
El equipo que descubrió el LB-1 utilizó otro método,
buscando detectar los movimientos de "un gran número de estrellas durante
un largo periodo de tiempo" antes de identificarlo gracias al movimiento
de su estrella.