Ciudad de México.-¿Terminaste con tu pareja? Si sigues
pensando en esa personas, no te preocupes es algo normal y la ciencia ha
intentado explicar a lo largo de los años.
Los expertos dicen que el apego neurológico que se da entre
amantes jóvenes no es diferente del apego que un bebé tiene con su madre,
informó Televisa News.
Hormonas como la vasopresina y la oxitocina están metidas en
ambos procesos y son clave para ayudar a crear una sensación de cercanía en
este tipo de relaciones.
Si esa persona fue la primera, la mejor o con la que
compartiste cosas más íntimas, la sensación es aún más fuerte y tu cerebro así
lo percibe.
“La persona con la que tienes tu primer orgasmo,
especialmente si esa persona se abraza contigo después, establece una plantilla
para lo que te parece atractivo”, señala a Discover Magazine Jim Pfaus,
profesor de Psicología y Neurociencia de la Universidad Concordia de
Montreal (Canadá).
Es nuestro cerebro
El proceso, neurológicamente hablando, sería el siguiente:
los sentimientos de amor romántico activan la dopamina del cerebro, lo que nos
impulsa a repetir experiencias placenteras. Los opiáceos naturales del cerebro
ayudan a codificar la experiencia, y la oxitocina actúa como el pegamento
que ayuda a forjar esos sentimientos de cercanía.
Esto no significa que aún quieras estar con esa persona, ni
que te pase nada raro”
“La oxitocina desata una red de actividad cerebral que
amplifica las señales visuales, los olores y los sonidos”, explica Larry Young,
profesor de Psiquiatría de la Universidad Emory (Estados Unidos).
Eso, además de los efectos de los opiáceos naturales y la
dopamina del cerebro, y los rasgos de tu pareja romántica (estructura facial,
color de ojos y pelo, olor corporal, etc) dejan una especie de huella neuronal.
Esas preferencias se conectan a tu sistema de recompensas, como una adicción.
Según un estudio de 2015, incluso animales tan propensos a
la promiscuidad como las ratas, a menudo vuelven a visitar al primer compañero
que les proporcionó placer…y parece que los humanos siguen un patrón similar.
“Después de poner fin a una relación romántica”, dice Helen
Fisher, del Instituto Kinsey, “tenemos esta notable capacidad de olvidar las
partes malas y centrarnos en las buenas”.
Según esta psicóloga, “el cerebro desarrolla vías basadas en
patrones aprendidos. Así que, si estableces un poderoso patrón de que esa
persona era tu compañero de vida, tu cerebro puede retener rastros de ese
patrón, incluso después de que te hayas unido a alguien nuevo”.