“Alegre”, “con una sonrisa” son los calificativos que más se repiten entre la gente que conoció a la maestra María Assaf Medina, quien falleció el viernes en el Colegio Cervantes, cuando un alumno de 11 años disparó en la escuela y después se suicidó.
El sábado por la mañana, familiares, amigos, alumnos y sus padres llegaron hasta la funeraria Serna, en el centro de Gómez Palacio. Allí se miró un desfile de niños y niñas, algunos con sus camisas de la escuela: Los Ángeles, Cervantes, Green Hills, instituciones donde miss Mary, dejó huella.
Al menos así lo dijo Leonardo, un exalumno de la maestra: “Le traigo flores porque le tengo mucho cariño, mucho aprecio; es alguien que dejó huella en mí”.