Sara Saadat tenía 23 años y llevaba uno como estudiante de doctorado en una pequeña universidad privada de San Diego, California. En la madrugada del pasado miércoles, tomó un vuelo de la compañía de estado ucraniana desde Teherán junto a su hermana Saba y su madre Shekoufeh Choupannejad, ambas instaladas en Canadá.
Habían viajado a Irán para visitar a la familia, pero nunca regresaron: misiles disparados por las fuerzas militares de ese país “por error”, según las autoridades iraníes y de otras naciones, alcanzaron la aeronave poco después de su despegue y provocaron su derribo, aí como la muerte de todas las 176 personas a bordo.
Horas antes, Teherán había lanzado cohetes contra objetivos militares utilizados por estadounidenses en el vecino Irak. Fue una respuesta al asesinato ordenado por Washington del poderoso general iraní Qassem Soleimani.
Un comunicado de la Alliant International University de San Diego confirmó la muerte de la estudiante Sara Saadat.
“Dirigimos nuestras más profundas condolencias a familiares y amigos de la estudiante de Alliant Sara Saadat”, reza la nota, publicada en Facebook. “Era una pasajera del vuelo PS752 de Ukraine International Airlines que se estrelló en Irán. Parece que estaba visitando a su familia”, continúa el texto, “y regresaba a San Diego para comenzar nuestro período de la primavera de 2020 en nuestro programa de doctorado en Psicología Clínica”.
Funcionarios de la universidad dijeron este viernes que los miembros de la facultad de Saadat estaban demasiado afectados como para dar detalles sobre su vida, pero que la escuela organizará un servicio conmemorativo, según el San Diego Union Tribune.
Su hermana Saba, de 21 años, vivía en Edmonton, en Canadá, y estudiaba biología en la universidad de Alberta, según medios locales. La madre de ambas era una doctora instalada en la misma localidad canadiense. La más joven de las dos chicas planeaba empezar una escuela de medicina tras terminar su pregrado.
En el mismo avión donde perdieron la vida ella, viajaban varios otros residentes de Edmonton, muchos de ellos de origen iraní.
En total, a bordo había 57 ciudadanos de Canadá que tenían previsto realizar conexión a Toronto, luego de viajar a Irán en sus vacaciones de invierno, según informaron las autoridades de ese país. Entre las víctimas, había familias completas, estudiantes e incluso dos parejas de recién casados, tal y como reporta el Los Angeles Times. En un principio el primer ministro canadiense Justin Trudeau había hablado de 63 connacionales fallecidos.
La Guardia Revolucionaria de Irán reconoció el sábado que derribó accidentalmente el avión al confundirlo con un misil de crucero. Anteriormente, negó durante varios días esta circunstancia, achacando la causa a un fallo técnico. La versión del derribo había sido indicada en cambio como plausible por máximos representantes de Canadá, Ucrania y Estados Unidos, entre otros.
“Misiles disparados por un error humano causaron el horrible accidente del avión ucraniano y la muerte de 176 personas inocentes”, afirmó en Twitter el presidente iraní Hassan Rouhani, quien calificó lo ocurrido de “gran tragedia” y “error imperdonable ". Rohaní también pidió disculpas por el accidente a su homólogo ucraniano, Vladímir Zelenski.
El reconocimiento de responsabilidad hace que surjan una serie de interrogantes, como quién autorizó el ataque contra el avión y por qué Irán no cerró su aeropuerto internacional o espacio aéreo cuando se preparaba para tomar represalias contra Estados Unidos (lo que ocurrió pocas horas antes), considera The Associated Press.
Cientos de iraníes se manifestaron este sábado en Teherán con fuertes lemas contra el sistema islámico y la Guardia Revolucionaria por el derribo del avión, reporta la agencia EFE.
El país vive una época de fuertes tensiones con Estados Unidos, un clima que empeoró particularmente en las últimas dos semanas con episodios hostiles que han hecho llegar a los dos países a estar al borde de un conflicto militar, antes de que ambas partes rebajaran el tono. La situación permanece de todas formas inestable y su evolución difícilmente previsible.