La Secretaría de Economía anunció la reapertura de las actividades sociales-educativas y económicas, a partir del 18 de mayo, pero sólo en 269 municipios de 15 estados, porque estos no tienen contagios ni vecindad con los que sí tienen casos de Covid-19.
Para el regreso, se establecerá un semáforo en el que el verde indica que hay una baja transmisión; amarillo, media; naranja, alta; y rojo, máxima; en este último caso sólo se permitirán las actividades esenciales.
La industria automotriz, minería y construcción serán consideradas actividades esenciales, tal como lo acordó el Consejo de Salubridad General.
Ante esto, Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo, indicó que la dependencia a su cargo ha elaborado una guía para todos los centros de trabajo que establece lineamientos para filtros de entrada, transporte a los centros de trabajo y áreas comunes. Esto con el objetivo de que las unidades económicas puedan tener sus propios planes de trabajo para ir determinando medidas, según el color en el que se encuentre el semáforo.
Esteban Moctezuma, secretario de Educación, manifestó que no se regresará a clases hasta que sea seguro para niñas y niños, y la comunidad escolar. Por lo anterior, dijo que las escuelas solo se abrirán cuando el semáforo esté en color verde.
“El ciclo escolar 19-20 está asegurado. Al inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia ya se habían cursado entre el 73 y 80 por ciento de los contenidos educativos correspondientes al ciclo en curso”, apuntó.
“Cuando sea oportuno cerraremos el ciclo con una etapa presencial de evaluación, diagnosis y de planeación de un esfuerzo remedial para el próximo ciclo escolar”, agregó.
Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, enlistó tres ideas fundamentales que se deben tener en cuenta con el plan presentado este miércoles.
En primer lugar, el equilibrio de dos bienes públicos: salud / bienestar social y económico.
“Encontrar el punto de equilibrio correcto requiere todos los días un ejercicio de reflexión cuidadosa sustentada en evidencia”, expresó.
Luego, refirió que en una pandemia como la del coronavirus se toman decisiones en un contexto de incertidumbre ya que nada está escrito como reglas fijas.
“Todos los países del mundo enfrentan la pregunta si hay posibilidad de avanzar hacia la nueva normalidad, a qué velocidad y cuáles podrían ser las consecuencias. Todos los países del mundo enfrentamos que pueda haber una reemergencia y por lo tanto, esto tiene que ser organizado, cauteloso y en todo momento bien cuidado”, expuso.
También habló del riesgo que implica el tener la continuidad de la epidemia o de tener las consecuencias sociales y económica que implica el confinamiento.
“Hay que considerar varios componentes, la probabilidad de que ocurra un evento indeseado, el impacto que pueda tener, pero también la vulnerabilidad social y la capacidad de recuperación de las poblaciones, la resiliencia”, comentó.
Y aclaró que las medidas de alcance nacional que se establecieron en un principio, ahora tendrán que ser focalizadas de acuerdo a la intensidad de la transmisión, riesgo y capacidades de resolución de cada entidad federativa y municipio
“Al levantar las medidas sanitarias nacionales, no quiere decir que se quitan las medidas de mitigación de esta epidemia, quiere decir que quedan debajo y estarán dinámicamente adaptándose de acuerdo a la realidad epidemiológica, la vulnerabilidad y capacidad resolutiva de los estados y municipios”, precisó.
