El PIB de México podría caer este año hasta 10.5 por ciento,
de acuerdo con la proyección más reciente realizada por el Fondo Monetario
Internacional (FMI). De hacerse realidad estos pronósticos, México sería
la cuarta economía más golpeada por la crisis que desató la pandemia del
Covid-19, solamente por debajo de España e Italia cuyo decrecimiento sería de
12.8 por ciento según el FMI, además de Francia en donde se espera un
desplome de 12.5 por ciento en el PIB, también sería el cuarto país con
registrar un PIB negativo de doble dígito y de manera particular registraría su
mayor caída en la tasa de crecimiento en prácticamente 9 décadas.
Son cifras y datos desoladores de una crisis que ya estalló porque, a
unos días de que finalice el sexto mes del año la economía mexicana sigue
semiparalizada y los meses por venir esta situación se reflejará con toda su
crudeza en distintos ámbitos de la economía. El más relevante para la población
del país en general será el del empleo y por lógica después de las expectativas
anteriores las noticias no son alentadoras, por el contrario.
¿Qué implica que baje el PIB?
Cuando los especialistas señalan que el PIB de determinado
país o del mundo bajó, lo que quieren decir es que la producción de bienes
y servicios que se producen es menor, incluso se registran tasas negativas de
crecimiento; todo producto o servicio se reduce y eso significa que las
empresas e incluso los gobiernos van a requerir menos mano de obra para llevar
a cabo sus actividades, siempre y cuando sobrevivan a la crisis.
El descenso del PIB o su desempeño negativo es solamente un
círculo vicioso reflejado en una cifra: menor producción de bienes y servicios
determinada por un descenso de la demanda, menos mano de obra necesaria, menos
inversiones, menos capacidad instalada… y menos empleos.
Es este factor, el de los empleos, que más sacude a la
economía y a la sociedad. Las expectativas del FMI en torno a la economía
mexicana son, por decirlo de alguna manera, devastadoras, significan muchas
cosas, pero de manera especial, significa la pérdida de muchos empleos,
muchos más de los que se esperan en los discursos oficiales y,
lamentablemente, muchos más de los que es capaz de generar la economía mexicana
año con año.
Por cada punto del PIB menos, entre 175,000 y hasta 200,000
empleos perdidos
Aunque los especialistas no se ponen de acuerdo y de hecho
muchos de ellos señalan que es muy difícil, casi imposible, estimar con
certeza cuántos empleos se pierden por cada punto que retrocede el PIB, tanto
en México como en cualquier país del mundo, algunos otros han hecho cálculos y
estimaciones que nos pueden dar una idea de lo que podría suceder en México los
próximos meses.
En ocasiones algunas instituciones bancarias han señalado
que por cada punto de caída en el PIB se pierden en el país alrededor de 200
mil empleos; apenas en abril pasado el Instituto para el Desarrollo Industrial
y el Crecimiento Económico (IDIC) hizo sus propias estimaciones y señaló que
sólo en el empleo formal, el más fácil de medir por contar con cifras oficiales, se
detecta una pérdida de entre 175 mil y hasta 200 mil empleos perdidos por cada
punto que retroceda el PIB del país.
Así, de confirmarse el desplome de 10.5 por ciento esperado
por el FMI para la economía mexicana, es probable que en este 2020 la pérdida
de empleos sea muy superior al millón de plazas pérdidas que el gobierno ha
calculado. El rango mínimo de empleos perdidos en el país sería de 1
millón 837 mil 500, mientras que podría alcanzar un máximo de 2 millones 100
mil, considerando el tope que fijan los analistas en pérdida de empleos
por cada punto que retrocede el PIB. En promedio, la economía mexicana perdería
prácticamente 2 millones de plazas laborales solamente en el sector formal, si
pudiéramos sumar las que se perderán en la economía informal, estamos hablando
de una auténtica devastación laboral sin precedente en la historia de México.
Ojalá las previsiones del FMI no se cumplan, aunque
lamentablemente a lo largo de los años este organismo acierta por lo
general. Todavía queda la esperanza de que en su siguiente revisión al
final del verano de este año pudiera reconsiderar, pero no dependería de sus
expertos, sino de las medidas y acciones que vaya tomando el país para
contrarrestar la crisis, acciones que por desgracia hoy no se observan.
FMI descarta por completo recuperación en V para la economía
de México
El organismo financiero multilateral llama a la recuperación
económica del mundo para 2020 como “anémica”, y pese a que no lo dice
explícitamente, descarta por completo una recuperación en forma de V para la
economía mexicana, como predice el discurso oficial en el país.
No es necesario que lo diga el FMI en todas sus palabras,
basta con ver sus expectativas de crecimiento del PIB mexicano hacia el futuro
para entender que la recuperación de México tardará mucho tiempo, regresar al
punto de partida de diciembre de 2019 será cuestión de años, sin considerar que
la economía mexicana ya estaba desacelerándose y que en ese año tuvo un
decrecimiento marginal de su PIB.
A la caída de 10.5 por ciento del PIB esperada para este
año, el FMI proyecta un crecimiento de apenas 3.3 por ciento para el año
siguiente, un repunte sí, pero muy por debajo del desplome previo, un
incremento que no hace en la representación gráfica de ningún modo una forma de
V; y lo más grave, un aumento esperado para 2021 que de ninguna manera
compensará los empleos que se perdieron en esta crisis.
México enfrentará momentos muy difíciles en su economía, a
menos que las proyecciones de organismos como el FMI, el Banco Mundial, otros
organismos financieros globales, todas las consultorías, todas las áreas de
análisis de los bancos nacionales e internacionales y todos los analistas
privados, se equivoquen.
Fuente: Alto nivel