Ayer fue un día feliz para unos y triste para otros. Felices deberíamos estar todos los mexicanos, pues con la reforma a la Ley de Adquisiciones aprobada por la Cámara de Diputados —y con vía libre en el Senado— se acabaron los pretextos para asegurar que el desabasto de medicamentos, que ha marcado un año siete meses de la administración lopezobradorista, se debe a la corrupción.
Los tristes están en el sector farmacéutico nacional, quienes aseguran que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador le está dando un golpe mortal a esa industria, debido a que la nueva ley le permitirá adquirir medicamentos, equipos y servicios relacionados con la salud, en el mercado internacional, y para ello bastará que se determine que no es idónea la licitación pública nacional. Si lo que los farmacéuticos nacionales advierten es cierto, habrá que ver si el tamaño del golpe a la industria valió la pena para contar con un abasto de medicamentos de 100 por ciento en el sector salud.