Las 39 cepas diferentes de coronavirus descritas en el mundo
no solo afectan a seres humanos, pues algunas son propias de animales
silvestres, de producción y de compañía, como la denominada canino entérico,
que perjudica a perros por lo menos desde hace 50 años en México, aunque ya
existe vacuna para su prevención y hasta figura en las cartillas
correspondientes.
Jesús Marín Heredia, jefe del Departamento de Medicina,
Cirugía y Zootecnia para Pequeñas Especies de la Facultad de Veterinaria de la
UNAM, informa que el virus en los perros tiende a ocasionar solo diarreas
ligeras. La vacuna, cuyo costo oscila de los 220 pesos hasta los 500, puede ser
aplicada de manera anual, pero ya no es tan solicitada, pues la infección
ocasionada por esta cepa no tiene gravedad y no representa un riesgo para la
vida.
En el caso de los gatos también existe un coronavirus, el
entérico felino, que ocasiona problemas digestivos ligeros y del que pueden
recuperarse sin mayor problema en la mayoría de los casos.
“De los gatos que adquieren el virus, 80 por ciento se
recupera sin ningún problema, lo elimina de su cuerpo y la inmunidad que se
crea es de muy corta duración”, señala Marín Heredia; sin embargo, en 10
por ciento de los felinos permanece dentro y los convierte en portadores.
En la mayor parte de los gatos portadores el coronavirus
muta, convirtiéndose en peritonitis infecciosa felina, una enfermedad sistémica
que puede ocasionar problemas respiratorios, neurológicos y oculares hasta
provocar la muerte.
Infecciones
De igual manera, distintas infecciones ocasionadas por
coronavirus pueden afectar a animales de producción, como los cerdos, y entre
ellas se encuentra la diarrea epidémica porcina, enfermedad reciente que llegó
a México en 2013 y es considerada la más grave dentro de su tipo para estos
animales. Este mal afecta principalmente a lechones, alcanzando en su origen
hasta 100 por ciento de mortalidad en granjas.
Carmen Mercado, jefa del Departamento de Medicina y
Zootecnia de Cerdos de la UNAM, asegura que a pesar de que el efecto más grave
se da en los neonatos, en los animales de línea de producción que se encuentran
en etapas de crecimiento, desarrollo o engorda, las complicaciones ocasionadas
por el virus producen un deterioro en la calidad de la camada.
Lo anterior ocasiona que los cerdos no lleguen a su peso en
el mercado o bien que enfermen al hacerse más vulnerables a otros
padecimientos. “Tiene muchos efectos económicos, ya sea por los cerdos que
dejan de producir o por el retraso que tienen estos animales en su desarrollo
(...) se hace un vacío en la producción, son golpes económicos para el
porcicultor”, agrega.
Ya se cuenta con una vacuna para el padecimiento, la cual
“aparentemente está teniendo muy buenos resultados”.
Rosa Elena Sarmiento, del Departamento de Microbiología e
Inmunología, dice que no se tiene prueba de que dichas infecciones, tanto en
pequeñas especies como en animales de producción, tengan potencial de zoonosis,
es decir, que puedan ser transmitidas de animales a humanos.
Señala que un evento en el cual un virus logre adaptarse a
una especie “no es o tan fácil o tan rápido”, se trata de sucesos que llevan su
tiempo en una evolución entre el hospedero y el patógeno, los cuales deben
tener ciertas características para permitir que se replique.
Sin embargo, aclara la experta, si bien no
tienen un potencial zoonótico, “parece que entre animales de diferentes
especies sí se están dando estos saltos”, sobre todo en granjas de traspatio
ubicadas en las zonas rurales del país.