Nueva farsa: Lozoya se fue sano a México; afirman autoridades de España

20 julio 2020
Noticias de Yucatán. 

Emilio Lozoya llegó a México, pero a no a la cárcel ni a una audiencia en la que revelaría la red de corrupción durante el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto. No. Llegó a un hospital por presentar síntomas de “anemia” y “debilidad general”, malestares no reportados por la justicia española.

El ex director de Pemex no pisó el Reclusorio Norte para comparecer ante un juez federal donde la Fiscalía General de la República (FGR) tenía que imputarlo por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita por la compra de Agro Nitrogenados y por cohecho, lavado de dinero y asociación delictuosa, por recibir supuestamente sobornos de Odebrecht.

La medida no fue porque Lozoya obtuviera el criterio de oportunidad, que ha buscado para no ir a prisión, a cambio de entregar grabaciones e información que involucran a políticos en diversos ilícitos, y así convertirse en un testigo colaborador.

A su llegada de España, un doctor de la FGR sugirió que Lozoya tenía que ser llevado a un hospital por presentar un cuadro de “anemia desarrollada y problemas sensibles en el esófago, así como una debilidad general en toda su salud”, luego de una revisión en el hangar.

La familia de Lozoya pidió que un médico particular hiciera también una revisión; el doctor encontró los mismos síntomas.

La Agencia de Investigación Criminal puso en marcha un operativo para trasladar a Lozoya en helicóptero al Hospital Ángeles del Pedregal, “donde permanecerá en calidad de detenido bajo estricta vigilancia policiaca”, dijo la FGR, situación que fue alertada a los jueces del Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Norte.

En tanto, las Instituciones Penitenciaria españolas negaron que Lozoya hubiera tenido malestares durante su estancia en prisión; sin embargo, la Policía Nacional indicó que su trabajo consistió solamente en trasladarlo de la cárcel al aeropuerto de Madrid-Barajas, por lo que desconocía la situación.

Explicaron que cuando un preso llega lo primero que se hace es un estudio médico, pero en el momento del traslado Lozoya no mencionó algún tipo de dolencia, pues de haber sido así habría sido llevado de inmediato a un hospital y no al aeropuerto.

A las 3:58 horas del viernes, una caravana de vehículos oficiales salió del hangar con una persona al interior que hacía suponer era Emilio Lozoya, por lo que fue seguido por los reporteros hasta el Reclusorio Norte.

Antes de que los vehículos ingresaran al penal, fotógrafos, reporteros y camarógrafos tomaron fotos y filmaron al hombre que creían que era Lozoya, quien traía puesto un chaleco antibalas, cubrebocas y una gorra.

Horas más tarde se informó que Lozoya nunca fue llevado al reclusorio, sino enviado al hospital privado Ángeles del Pedregal, donde el ex funcionario pasó el resto del día al interior de una suite VIP, custodiado por policías vestidos de civil.

Una empleada del hospital relató a MILENIO el helicóptero arribó pasadas las 4 de la mañana y se aplicó un protocolo de seguridad inusual; detalló que al ingresar al piso donde se encuentra Lozoya les fueron retirados los teléfonos celulares y fueron revisados corporalmente.

Contó que el ex funcionario está en una zona exclusiva y con varios policías vestidos de civil, por lo que no se ve ningún operativo ostentoso. Comentó que para atender a Lozoya Austin fueron elegidos dos enfermeros, los únicos que pueden entrar y salir de su habitación.

El fiscal Alejandro Gertz Manero informó que Lozoya le envió una carta desde España en la que aseguró que tiene pruebas suficientes para señalar a los verdaderos responsables; por su parte, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, dijo que el ex funcionario presumió la existencia de grabaciones que usará en su defensa.


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