A pesar del aumento de personas que han fallecido por
COVID-19 o por otras causas, las sesenta y cinco funerarias que hay en el
Estado no han visto superada la demanda de sus servicios, empresas que cuentan
con un certicado para llevar a cabo los sepelios o las cremaciones de cuerpos,
con un costo que va de los 13 mil pesos en adelante, informó el presidente de
la asociación del ramo, Manuel Morali Tinajero.
Indicaron que el único problema que enfrentan los empleados
de las funerarias es la obtención de los permisos que se entregan en la clínica
Materno Infantil de la calle 67 entre 50 y 48, porque sólo hay personal de
guardia y en ocasiones hay hasta ocho empleados esperando ser atendidos, ya que
el Registro Civil, además de la ocina del Centro, abrió otras seis en
diferentes puntos de la ciudad para realizar los trámites correspondientes de
manera más ágil.
Progreso, Valladolid y Tizimín son las localidades que
cuentan con crematorios, donde se puede realizar la incineración cuando la
persona fallece por COVID-19, mientras que en Mérida hay inhumaciones directas,
a las que sólo pueden acudir una o dos familiares de la persona fallecida para
que les conste el sepelio y se evita la velación, la cual no está permitida, es
decir, entierro directo o cremación en cualquiera de los 10 crematorios
autorizados.
En Mérida, en la velación de un cuerpo no se permite que en
la capilla estén más de 10 personas y la diferencia del precio entre un sepelio
normal y de una persona que muere por COVID-19 es de mil a mil 500 pesos, por
el costo del equipo que utiliza el personal funerario, que usa cuatro trajes,
además de la mascarilla, goggles, equipo especial para respirar, etc.
La diferencia
Por su parte, el director de la Funeraria Reyes de Progreso,
Carlos César Reyes Rodríguez, explicó que la única diferencia que hay entre un
sepelio normal y el de una persona que fallece por COVID-19, es el protocolo a
seguir.
En el caso de una muerte por causas naturales la familia
puede velar a su familiar en alguna sala, pero aplicando las medidas de
prevención y seguridad para reducir el riesgo de un contagio por COVID-19.
Una vez que la familia decida si quiere velar a su ser
querido, hay que dar aviso a las autoridades para que éstas autoricen que el
personal de la funeraria pueda llevar el cuerpo para que sea arreglado
estéticamente, posteriormente se puede velar en el sitio indicado por sus
familiares, pero apegados a las medidas de seguridad, es decir, que no hayan
más de 10 personas en la sala de velación dependiendo del tamaño de cada una y
normalmente se realiza el sepelio en el panteón que se haya elegido, donde
también se deben tomar las medidas de seguridad.
Muertes por el virus
En caso de que se trate de una persona que falleció por
COVID-19 o haya estado en el área, el primer paso es ponerse en contacto con
algún familiar por vía telefónica, a la que se le solicita la documentación
correspondiente para realizar los trámites de manera digital, posteriormente el
personal acude al hospital a recibir el cuerpo, y es ahí cuando el personal de
la funeraria debe portar el equipo de protección personal, es decir, un traje
doble tipo astronauta, mascarilla contra riesgo biológico, bata médica,
goggles, etc.
Para el traslado del cadáver se requiere sanitizar la
carroza y el área donde tuvieron contacto los trabajadores y se traslada el
cuerpo al cementerio y nuevamente se vuelve a fumigar el área, procurando no
tener contacto con el personal de los panteones, sobre todo cuando el sepelio
se realiza en los cementerios municipales del interior del Estado, donde la
mayor parte del personal no cuenta con suciente equipo de protección y sólo
utilizan un cubrebocas y por eso aumentan el temor y las barreras para realizar
entierros de personas que fallecieron a causa del COVID-19, por lo que lo más
recomendable es la cremación, por ser más rápida y menos riesgosa, y no estar
sujetos a los horarios de los empleados de los cementerios.
En el crematorio, y de acuerdo con el protocolo, se deben
sanitizar todas las instalaciones antes y después de cada servicio, y una vez
que reciben las cenizas en una urna ésta se desinfecta y se cubre con un forro
de plástico que se vuelve a desinfectar para que la familia pueda manipular las
cenizas con toda seguridad y no corran riesgos innecesarios.
Costos de sepelios
Por otra parte, dijo que el costo de un sepelio es muy
similar al de una cremación, pues va de los 13 mil pesos en adelante, siendo un
poco más económica la cremación porque, además, es en un solo pago, mientras
que en la inhumación hay que erogar aparte la bóveda, las ores o arreglos
orales, misas, el velorio, si los empleados de la funeraria van a realizar la
inhumación, etc., sin considerar el costo del traslado, si hay que llevar los
restos o las cenizas a uno de los 105 municipios del interior del Estado, el
valor del féretro.
Otra diferencia es que en el caso de las personas que
fallecen por COVID-19, los familiares no la pueden velar ni despedirse de ella.
Funerarias baratas
Señaló que existen funerarias que ofrecen sus servicios a
menor costo, pero se ha detectado que el personal de éstas no cuenta con los
equipos de protección, como indica el protocolo, y ponen en grave riesgo a las
familias que acudan a los velorios, porque no se cumplen con el protocolo de
proteger a los familiares del difunto.
Insistió en que no obstante que cada día son más las
personas que fallecen por COVID-19, hay sucientes áreas para prestar sus
servicios en cualquiera de las 65 funerarias del Estado, de las cuales 15 se
ubican el Mérida.
Fuente: Por Esto