En Yucatán el problema del suicidio es creciente y el
volumen de población que busca esta “puerta falsa” aumenta cada año, destacó
Marisela Maldonado Marenco, psicóloga de la Clínica de Medicina Familiar del
Issste.
En el marco del Día Internacional de la Prevención del
Suicidio, la especialista dijo que, desde 2003 la Organización Mundial de la
Salud (OMS) impulsó esta fecha como un esfuerzo de los gobiernos a encauzar
acciones ante este lacerante problema.
El suicidio es un concepto con raíces ancestrales en la
cultura maya, pero que en la actualidad, toma tintes de ser una enfermedad de
alto impacto de salud emocional entre la población peninsular.
Anualmente en Yucatán se quita la vida un promedio muy alto
de personas, según datos del Inegi, nuestro estado es la cuarta entidad federativa
con mayor índice de suicidios, al alcanzar en 2017 una tasa de 8.8 por cada 100
mil habitantes.
El indicador coloca a Yucatán por debajo de Chihuahua, que
tiene la tasa más alta con 10.7 suicidios por cada 100 mil habitantes, así como
de Aguascalientes y Sonora con 10.1 y 9.1, respectivamente, en tanto que, la
media nacional que es de 5.2 por cada 100 mil habitantes.
Las cifras más recientes en datos del Inegi indican que,
este problema es creciente ya que, en 2016 el número fue de 155, en 2017 se
reportaron oficialmente 195 suicidios, en 2018 el número aumentó a 246, y en
2019 el récord fue de 265, siendo que, el 82% fueron varones y el 18% fueron
mujeres.
Maldonado Marenco estableció que, cada 45 horas una persona
atenta contra su vida en el estado. Por cada incidente que se logra, al menos
hay 20 intentos más, que no se registran.
“El problema es global, en nuestro continente al menos unas
100 mil personas fallecen al año por suicidio; el suicidio es la tercera causa
de muertes en personas con edades de 20 y 24 años”, señaló.
El suicidio es un problema que afecta de manera global a las
familias, a las comunidades y a los países. A nivel mundial, este problema
alcanza casi un millón de víctimas anualmente, lo que equivale a una persona
cada 40 segundos. El impacto más fuerte lo registran el grupo de personas con
edades de 15 y 29 años.
“Hay que tener en cuenta que cada vida perdida representa a
un amigo, padre, hijo, abuelo o compañero de alguien”. “Por cada suicidio
producido muchas personas alrededor sufren las consecuencias”.
Maldonado Marenco informó que el suicidio es un problema
complejo en el que intervienen diversos factores: psicológicos, ambientales,
sociales y biológicos, pero hay algunas causas muy bien determinadas que
influyen en las conductas suicidas: en los niños y adolescentes, influyen
especialmente factores como la historia psiquiátrica familiar, enfermedades
mentales, la pérdida de un ser querido, la depresión, aislamiento social, abuso
de drogas y el alcohol.
En el caso de las mujeres y hombres atentan contra su vida
cuando viven violencia doméstica o son víctimas del estrés en el ámbito de la
familia, sin olvidar la presencia de enfermedades mentales, abuso del alcohol y
las drogas, entornos familiares problemáticos.
No obstante, cada persona vive un universo concreto que
habría que analizar para determinar cómo ayudarle a superar la etapa por la que
está pasando y evitar las conductas suicidas.
Atentar contra la integridad personal sigue siendo un tabú
hoy en día, las personas con ideación suicida han perdido toda las esperanza, y
hay cierto grado de desesperación y no ven ninguna otra opción, es decir que
tienen una visión de túnel.
“Es preciso, más y mejores política públicas por parte del sector salud ante este problema de salud emocional de las personas, abrir más canales de comunicación y líneas de acción para poder atender de manera preventiva este aspecto de salud pública, de manera proactiva y empática”, finalizó.