Un investigador analizó la información de los certificados de defunción de quienes perdieron la vida a causa del coronavirus en el país. Las conclusiones dan luz de lo que se ha hecho mal
Tres de cada 10 personas que han muerto por Covid-19 en México estaban en la plenitud de su vida: eran personas de entre 40 y 59 años, según la información plasmada en los certicados de defunción de quienes han fallecido a causa del nuevo coronavirus en todo el país.
De acuerdo con el doctor en Sociología Héctor Hernández Bringas, investigador titular de la UNAM en el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM).
Poco después de que inició la pandemia, el también maestro en Demografía por El Colegio de México tomó la decisión de sumergirse en los expedientes de quienes fallecen por el SARSCoV-2 para desmenuzar la narrativa cientíca que se puede extraer de los certicados de defunción [de eso que podemos llamar certicados de defunción Covid-19] elaborados por legistas.
Desde nales de mayo, cuando ya había 8 mil muertos, y hasta noviembre ha revisado más de 99 mil casos a nivel nacional, que abarcan desde la primera muerte por coronavirus hasta que México sobrepasó los 100 mil fallecimientos.
De ahí, y de los archivos que revisó en las bases de datos de la Secretaría de Salud, encontró que sólo 20% de quienes murieron por Covid-19 recibieron terapia intensiva cuando estaban vivos y que únicamente 25% fueron asistidos por un ventilador mecánico.
¿Qué más datos ha encontrado en los certicados de defunción de quienes murieron por Covid-19?, se le pregunta, y responde: Que entre los jóvenes hay poca mortalidad. Por debajo de los 40 años la mortalidad ha sido escasa, sólo ha representado 6.3% del total, aunque no hay inmunidad: ha habido muertes incluso de bebés menores de un año.
Que a partir de los 30 años empiezan a crecer las muertes por Covid: las personas fallecidas entre 30 y 39 años representaron 4.4% del total de decesos.
Que las muertes se elevan considerablemente a partir de los 40 años, ya que casi triplicaron las de quienes eran treintañeros: las personas fallecidas entre 40 y 49 años han representado 11.9% del total de decesos, 2.7 veces más que quienes estaban en sus años 30.
Que sumada esa franja de juventud y madurez resulta que 16.3% de las muertes han ocurrido a personas de entre 30 y 49 años, lo que alerta sobre los descuidos en esa franja poblacional, que suele tener intensas actividades en las calles y lugares de esparcimiento: eso implica altas posibilidades de contagio y de transmisión del virus a personas más grandes o a quienes salen
poco de sus casas.