Cientos de familias, principalmente de Chetumal,
aprovecharon el fin de semana largo para, prácticamente, inundar la zona
libre de Belice, ignorando las indicaciones de las autoridades estatales de
mantenerse en los hogares para evitar contagios de COVID-19.
Desde temprana hora se hizo una fila de varios kilómetros de
vehículos, esperando al menos una hora para ingresar al paraíso fiscal, luego
de pasar por el recinto Chactemal del lado mexicano.
Como parte de las medidas sanitarias obligatorias que
activaron las autoridades de la zona franca, las unidades móviles debían pasar
primero por el puesto de control fitozoosanitario para la sanitización
exterior.
Posteriormente, avanzaron hasta llegar a la caseta de cobro,
donde los pasajeros debían descender para la toma de temperatura corporal
y pasar también por un arco de sanitización, al igual que presentar su
credencial del Instituto Nacional Electoral para confirmar la nacionalidad; no
se permitían menores, por lo que varios retornaron a Chetumal.
Después de eso, obtenían el documento de Pase de
Control Fronterizo de la oficina de Inmigración, el cual establecía que era
para retornar a México el mismo día. La cuota de 15 pesos que se pagaba para
ingresar fue cancelada.
Daniel Torres Mora, director de la Cámara de Comercio de la
Corozal Free Zone, explicó que en la reapertura de ayer hubo más
movimiento de lo esperado y los directivos tendrán una reunión para el
mejoramiento del proceso de ingreso.
Para los empresarios de esa zona la reapertura era urgente
para la reactivación económica y sacar de las bodegas las mercancías que han
permanecido ya 10 meses por la pandemia.
Dijo que por lo pronto el 70% (191) de las 273 tiendas abren
a las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde; mientras que 82 siguen cerrados.
Recordó que el fin de semana se aplicaron 380 pruebas rápidas a trabajadores y
empresarios, las cuales resultaron negativas; pero esperan los resultados de
otras 72 pruebas PCR.