Sergio Grosjean Abimerhi, arqueólogo y especialista en
espeleobuceo, informó que del cenote Chen Há, ubicado en Kopomá, sacaron
alrededor de 700 kilos de residuos sólidos, entre los que se estaban 95
medidores de energía eléctrica.
“Hay que señalar que este tipo de aparatos electrónicos
poseen componentes altamente contaminantes como cobre, plomo e imanes, y de
allá nuestra interrogante en conocer si estos metales pesados fueron los que
originaron la muerte de peces que se observaron muertos en el fondo”, dijo.
Asimismo, comentó que el saneamiento realizado con el apoyo
de la Fundación Bepensa, desenterró estos artefactos con ayuda de un detector
de metales, pues los medidores de luz se encontraron debajo de una gruesa capa
de sedimento.
Esta vez, y ante la presencia de ejidatarios y funcionarios
de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), lograron extraer los aparatos que
fueron manufacturados posiblemente hace más de 30 años y que estaban en ese
cenote.
“Desconocemos el tiempo que llevan en el fondo del cenote.
Son dispositivos que van desde caseros hasta industriales, e incluso uno de
ellos lo encontramos solidificado a un pesado ´fantasma´ de los que se utilizan
en las carreteras, lo que nos habla de su antigüedad”, agregó.
También se pidió explorar nuevamente la zona con detectores
de metales y extraer artefactos, ya que resulta evidente que es imposible
sacarlos sin dedicarle varias jornadas más y con el apoyo de equipo pesado como
en ocasiones anteriores han utilizado.
De acuerdo con la información, son cientos de estos aparatos
los que se encuentran debajo de una espesa capa de sedimento, producto de los
años de acumulación de materia orgánica que obliga a pensar que hay más de
estos medidores, que llevan décadas descomponiéndose y provocando daño
ambiental de proporciones, hasta ahora desconocidas.
Fuente: El Universal