La comunidad asiática en Estados Unidos está sufriendo una oleada de agresiones en las últimas fechas, que es más que palpable, y que está siendo denunciada en los medios de comunicación americanos en vista de que no cesa. Muchos estadounidenses de origen asiático, por desgracia, ya no se asombran. Sus líderes en Nueva York protestaron hace escasos días ante la oficina del fiscal del distrito de Manhattan, tras producirse cerca del barrio de Chinatown un apuñalamiento.
"Son ataques aleatorios. Estamos pidiendo que se reconozca que estos delitos están ocurriendo", decía al NY Times uno de los activistas que acudieron a manifestarse. Los ataques de Robert Aaron Long en tres salones de masaje del área de Atlanta hicieron estallar a la comunidad asiática. Estos tiroteos mortales dejaron ocho muertos y Long está detenido sin opción de fianza, si bien aseguró a la policía que no le movieron prejuicios raciales. Cuesta creerlo, cuando sus tres ataques fueron tan selectivos.
Un hombre llamó "virus chino" hace unos días en Queens (Nueva York) a una mujer asiático-estadounidense y escupió al hijo de esta. La policía está tratando de localizarlo para que responda por sus actos.
Frente a todo esto, el senador filipino y uno de los mejores boxeadores de la historia, Manny Pacquiao, se ha movilizado y ha compartido un mensaje algo contradictorio en sus redes sociales. El exmonarca del peso wélter ha instado a acabar contra el "odio a los asiáticos". Por un lado, Pac-Man ha dicho: "¡Tenemos un color en nuestra sangre! Deja de discriminar. ¡AMOR Y PAZ PARA TODOS!". Por otro lado, ha compartido unos carteles con el lema: "Pelea conmigo en su lugar".
Eso sí, Pacquiao no está sólo en su campaña, ya que otras estrellas del deporte como LeBron James, Chiney Ogwumike, Naomi Osaka, Jeremy Lin, Dwyane Wade, Trae Young o la Asociación de Jugadores de la NFL, han denunciado esta oleada de odio contra los asiáticos en Estados Unidos.