Dos trenes vencidos, formando una “V”, un pico enclavado entre varillas, acero retorcido y concreto demolido, eran la estampa que poco después de la 22:30 horas del lunes 3 de mayo inundaron las redes sociales y reflejaron el desastre en la Línea 12 del Metro entre las estaciones Olivos y Tezonco, en la alcaldía Tláhuac, una de las más pobres de la Ciudad de México.
El “incidente”, vocablo empleado por la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, para verbalizar la tragedia desde sus primeras comunicaciones, presagiaba un saldo letal que, hasta la última actualización era de 26 muertos y casi 80 heridos.
Con ese saldo, el desplome del paso elevado del tren se convirtió en el segundo accidente de mayor gravedad en la historia del Sistema de Transporte Colectivo, sólo superado por el choque de octubre de 1975; pero ante todo, en el tercero y más grave de los tres siniestros que en menos de 14 meses ha registrado el Metro capitalino.
Con esos antecedentes, el colapso del lunes 3 orientó la observación a la calidad de la construcción realizada durante el gobierno del hoy secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, cuya gestión en la obra ha sido motivo de amplia polémica, investigación, sanciones y que incluso lo hicieron vivir varios años en Francia ante los procesos que, acusó, eran una persecución política.
En ese escenario de investigaciones y denuncias ocurrió la salida de operación de la Línea 12 para reparar fallas durante varios meses de 2014, ya durante el gobierno de Miguel Ángel Mancera, actual senador perredista.
Naturalmente, las críticas también se dirigieron al desempeño de Sheinbaum en los dos años y cinco meses de su gestión, en los que además de los dos siniestros precedentes se encuentra bajo escrutinio por el aspecto presupuestal.
Al margen del escrutinio en las pasadas administraciones, la cuenta pública de 2020 reflejó un subejercicio en el SCT Metro por el orden de 587.8 millones de pesos, mayoritariamente destinados a materiales y suministros relacionados con distintas obras de ampliación o remodelación.
Los hechos del lunes 3 ocurrieron en medio del periodo de campañas electorales. La tragedia tomó un giro político desde los primeros minutos y, en parte, se dirigió precisamente a las políticas de austeridad que, con base en el informe de la cuenta pública de 2020, tuvo expresiones declarativas, entre otros, del dirigente del PAN, Marko Cortés, quien señaló como causa del accidente, la falta de mantenimiento por recortes presupuestales.
Si bien la jefa de Gobierno explicó que el presupuesto se redujo en virtud de que los ingresos por el servicio colectivo tuvieron una contracción resultante del confinamiento obligado por la pandemia, por lo que el presupuesto fue modificado, la cifra de 587 millones se mantuvo como subejercicio y como una de las líneas críticas a su administración.
El asunto iba dirigido a cuestionar la llamada “austeridad republicana” –que incluso motivó tendencias en redes sociales como “austeridad asesina”– y el jueves 6 el tema fue ampliamente abordado, con la presentación en conferencia de prensa de la secretaria de Administración y Finanzas de la Ciudad de México, Luz Elena González Escobar.
En medio de todo, una ausencia notable: la titular del SCT Metro, Florencia Serranía, quien sólo fue convocada a la primera conferencia de prensa sobre el caso, el martes 4, y no volvió a aparecer en los informes de la jefa de Gobierno, en los que, básicamente, se ha pedido esperar los resultados de los peritajes.
Serranía a salvo
La ausencia de Serranía, así como las informaciones sobre su participación en empresas proveedoras del Metro, la han convertido en la funcionaria más cuestionada de la administración de Sheinbaum en relación con la catástrofe de la Línea 12.
Durante su desempeño han ocurrido tres siniestros con saldos fatales en los últimos 14 meses.
El 11 de marzo de 2020, en la estación Tacubaya de la Línea 1, dos trenes chocaron. La explicación oficial fue que un convoy se quedó sin control, se deslizó en reversa y golpeó a otro, dejando un saldo de un muerto y 41 lesionados.
Luego, el pasado 9 de enero, un incendio en el Centro de Control provocó un caos en la movilidad pues debieron salir de operación las líneas 1, 2, 3, 4, 5 y 6. El saldo de ese incendio fue de una oficial de policía muerta (aparentemente por una crisis nerviosa) y alrededor de 30 lesionados.
Y finalmente, el “incidente” de la Línea 12 del pasado lunes 3, el más grave, como se ha dicho, desde 1975.
De hecho, los tres accidentes forman parte de los cinco más graves ocurridos en el Metro en su historia, pese a lo cual Serranía se ha negado a presentar su renuncia, mientras que la jefa de Gobierno, quien ha dicho que llegará “al fondo” de lo ocurrido y “hasta las últimas consecuencias”, no la removió.
De hecho, el martes 4 la reportera Sara Pantoja le preguntó a Sheinbaum si Serranía estaría dispuesta a ser removida del cargo. La jefa de Gobierno se aproximó a la funcionaria, le hizo algún comentario y posteriormente evitó responder, por lo que la reportera de Proceso insistió.
Serranía respondió que no renunciaría al cargo, dijo que seguiría trabajando y colaboraría con la fiscalía para determinar la causa del daño estructural.
El portal noticioso emeequis fue el primero en señalar los negocios de Florencia Serranía, principalmente mediante su empresa Urban Travel Logistics, controladora de la mitad del capital accionario de Operadora de Trenes Mercurio. Sus sociedades le han permitido lo mismo ser la principal operadora del Tren Turístico Puebla-Cholula que contratista del propio Metro.
Con su gestión, los tres accidentes, así como por el tinglado de relaciones e intereses empresariales, Serranía es figura central en las denuncias. Inclusive el viernes 7, trabajadores disidentes del sindicato del SCT Metro presentaron una denuncia en su contra por la omisión en la atención a diferentes requerimientos de mantenimiento.
La protección de Sheinbaum a la funcionaria es proporcional a la que a la propia jefa de Gobierno le ha brindado la Presidencia.
En diferentes oportunidades, ante diversas crisis que atañen a Sheinbaum, ella ha sido respaldada políticamente por el presidente López Obrador.
En su conferencia de prensa matutina del martes 4, López Obrador expresó en tres ocasiones su solidaridad con Sheinbaum y finalmente expuso: “Vamos a hacer lo que la jefa de Gobierno considere conveniente, la vamos a respaldar en todo”.