La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, más de lo que muchos piensan. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que afecta a más de 300 millones de personas y puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad de moderada a grave.
No hay que confundir esta enfermedad con las variaciones habituales del estado de ánimo o con otras respuestas emocionales puntuales a problemas que surgen en nuestro día a día.
La OMS advierte de que la depresión es una enfermedad dura, que puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares o familiares. En el peor de los casos, señala, puede llevar al suicidio. Según sus datos, cada año se suicidan cerca de 800.000 personas.
Síntomas y tipos de depresión
Según el organismo, dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos pueden clasificarse en tres nivele s: leve, moderado o grave.
En este sentido, cabe distinguir entre: depresión en personas con y sin antecedentes de episodios maníacos. Ambos tipos de depresión pueden ser crónicos y recidivantes, sobre todo si no se tratan.
- Trastorno depresivo recurrente. Se caracteriza por repetidos episodios de depresión. Durante estos, según la OMS, hay estado de ánimo deprimido, pérdida de interés y reducción de la energía que produce una disminución de la actividad. El tiempo de duración estimado es de mínimo dos semanas.
Los síntomas de ansiedad son varios, como sentimientos de culpa y baja autoestima, alteraciones del sueño y del apetito, dificultades para la concentración e incluso síntomas sin explicación médica.
Dependiendo del número y de la intensidad de estos, se pueden clasificar en tres. En el caso de una depresión leve, se presupone alguna dificultad para seguir con sus actividades laborales y sociales habituales. Si se trata de un episodio depresivo grave, es muy improbable que el paciente pueda mantener sus actividades sociales, laborales o domésticas o, en todo caso, con grandes limitaciones.
- Trastorno afectivo bipolar. Según la OMS, es uno de los estadios más graves. Este tipo de depresión se caracteriza en episodios maníacos y depresivos separados por intervalos con un estado de ánimo normal. Cómo identificar alguno de estos episodios: estado de ánimo elevado o irritable, autoestima excesiva, hiperactividad y disminución de la necesidad de dormir, entre otros.
Factores que contribuyen y previenen la prevención
Según la OMS, la depresión es el resultado de complejas interacciones entre factores sociales, psicológicos y biológicos. A ello no ayudan situaciones personales o laborales complejas, como el luto por el fallecimiento de un ser querido o el desempleo.
El organismo señala otro factor que complica la salida de esta enfermedad, porque, a su vez, la depresión puede generar más estrés y disfunción, y empeorar la situación vital de la persona afectada.
Además, señala que hay relaciones entre la depresión y la salud física. También las enfermedades cardiovasculares pueden producir depresión, y viceversa. Por último, la OMS recuerda que está demostrado que los programas de prevención reducen la enfermedad.
Tratamiento y diagnóstico
La OMS se refiere a algunos tratamientos eficaces para la depresión moderada y grave. Por ejemplo, los tratamientos psicológicos, como la activación conductual, la terapia cognitiva conductual y la psicoterapia interpersonal. Entre los diferentes tratamientos psicológicos a tener en cuenta se encuentran los tratamientos psicológicos cara a cara, individuales o en grupo, impartidos siempre por profesionales.
Los antidepresivos, dice el organismo, pueden ser eficaces en la depresión moderada a grave, pero no son el tratamiento de elección en los casos leves.