Los hermanos Jacobo y Adriana jugaban en el patio de su casa en San Pedro Soteapan, Veracruz, cuando de pronto encontraron porciones de pan que alguien arrojó a su domicilio. Lo comieron. Lo que los niños de siete y cinco años no sabían, era que el pan tenía veneno que alguien colocó en su interior para asesinar al perro de la familia.
Adriana, la pequeña de cinco años, perdió la vida tras la ingesta de la sustancia. Su hermano Jacobo sobrevivió a la intoxicación y fue internado en el Hospital General Valentín Gómez Farías de Coatzacoalcos, al sur de Veracruz.
La familia declaró que su vecino anteriormente había intentado envenenar a su perro, por lo que suponen que el pan que comieron los niños era para la mascota.
La madre de los menores, Hermila Gutiérrez, forma parte del comité escolar y se encontraba en la escuela de sus hijos cuando ocurrió la desgracia. A ese lugar, sus vecinos llegaron a buscarla para avisarle que los pequeños estaban convulsionando y vomitando.
“Me comenta mi hijo mayor que los niños estaban jugando y de repente vieron el pedazo de pan en el patio. Estos dos niños lo agarraron y lo partieron, pero cuando les dijo que no lo agarraran, se molestaron porque son niños que querían comer. En ese mismo instante empezaron a vomitar”.
“No sé por qué envenenan animales y causan desgracias a los niños y les quitan la vida. Por eso, la gente debe entender que no pueden dejar venenos para mascotas porque hay niños inocentes”, dijo la madre a medios de comunicación locales y añadió que su familia no cuenta con recursos para solventar los gastos funerarios de Adriana ni los del hospital de Jacobo.
La Fiscalía de Veracruz inició una carpeta de investigación por el infanticidio de la niña. Mientras tanto, la noche del viernes Jacobo fue trasladado vía aérea por el Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUM) a un Hospital de Alta Especialidad en el Puerto de Veracruz.
“Hoy, salvar la vida de cada veracruzano y veracruzana es prioridad para el gobierno del estado”, informó el secretario de Salud estatal, Roberto Ramos Alor. “Tengan por seguro que se está haciendo todo lo posible por salvar la vida de Jacobo”.
“Le recomiendo a la gente del pueblo que no tire veneno en el patio por más coraje que le tengan a un animal, porque afectan a personas inocentes”, manifestó la madre de los niños, quien divide su tristeza entre la muerte de su hija y la incertidumbre de no saber si su hijo podrá salir con vida.