El 85% de los pacientes resulta asintomático o con síntomas
leves o moderados, el 10% requiere hospitalización para oxigenoterapia y el 5%
necesita cuidados intensivos
Se calcula que ya existe una inmunidad colectiva ante el
Covid-19 del 65% entre la población yucateca, al tomar en cuenta los que ya
tuvieron la enfermedad, tanto sintomáticos como asintomáticos y los hoy ya vacunados,
de modo que el incremento de contagios que se observa en las últimas semanas es
debido a la llegada de una nueva cepa, de más contagiosidad, aunque al parecer,
menos mortal.
Así lo señala el epidemiólogo con especialidad en Salud
pública, Rudy Coronado Bastarrachea, quien destaca la importancia de seguir
implementando las medidas sanitarias ya conocidas, y de cuidar parámetros que
son vitales cuando se padece Covid-19 como la oxigenación, que puede constituir
la diferencia entre un progreso grave de la enfermedad o la muerte, y la
recuperación.
Precisa que luego de más de un año de casos de Covid-19, hay
cierta inmunidad colectiva o de rebaño, resultado con datos clínicos de los que
han padecido la enfermedad, y gran número de asintomáticos que se calcula es
del 80% en relación con los que tuvieron síntomas.
Con base en ello se calcula que el 50% de la comunidad ya
tiene cierto grado de inmunidad y con el inicio de la vacunación se habla de
que hay un 65% de inmunidad colectiva.
La cepa que más nos afecta
Sin embargo, tanto en la península de Baja California como
en la de Yucatán, por el flujo de turismo llegaron nuevas cepas, siendo que en
nuestro estado es la alfa la que nos afecta.
Coronado Bastarrachea explica que dicha cepa es de alta
contagiosidad, pues el índice de reproducibilidad o de capacidad del virus de
infectar es mayor: “La cepa original tiene entre 2.8 y 3 puntos de
contagiosidad, mientras que la alfa está por arriba de 4 a 5 puntos”.
La tasa de mortalidad de esta nueva cepa es menor, lo que
quizá se debe a que ya existe inmunidad, pues quienes ya tuvieron la enfermedad
o están vacunados tienen cierta protección.
Como se sabe, los adultos mayores fueron los primeros en ser
vacunados, por lo que es normal que los más afectados por el virus sean ahora
los jóvenes, que no tienen inmunidad “artificial”.
Manifiesta que quienes no han padecido de Covid-19 y no
están vacunados, son los que se ponen graves con esta nueva cepa, y
particularmente el común denominador en los casos de gravedad es de jóvenes con
obesidad y sobrepeso.
“Esta condición tiene una relación directa con la gravedad
del padecimiento, ya que el Covid-19 está definido como una enfermedad
inflamatoria que causa trombosis, de manera que no solo se deben cuidar los
datos respiratorios, sino también los inflamatorios y los relacionados con las
trombosis”, indica Coronado Bastarrachea.
La oxigenación, relevante
El especialista enfatiza que en cualquier caso lo más
importante es llevar las medidas de control adecuadas ante el padecimiento,
pero la gente no valora la utilidad de medir parámetros como la oxigenación
—preocupándose por otros singos y síntomas—, que sirve para saber si el
padecimiento se puede manejar en la vivienda o se debe acudir a una unidad
médica para recibir oxigenoterapia.
El médico detalla que cuando la oxigenación está por arriba
de 93 el manejo en la vivienda es posible, pero si la saturación de oxígeno es
menor que 93, la persona debe acudir a revisión a una unidad hospitalaria para
estudios de enzimas inflamatorias y datos sanguíneos.
“Las pruebas de laboratorio sirven para ver las condiciones
del paciente, y probablemente se requiera de una radiografía de tórax o
tomografía, pues con base en eso se debe determinar el ingreso o no para
oxigenoterapia”, menciona.
Asegura que está comprobado que cuando una persona tiene una
oxigenación de menos de 90 y se queda en la vivienda, empeora, y al acudir
finalmente al hospital, un alto porcentaje ya necesita terapia intensiva.
Un tanque de oxígeno no basta
“Y es que no solo se trata de tener un tanque de oxígeno en
casa, sino que al ingresar a una unidad médica se hacen los estudios de
laboratorio para dar seguimiento al metabolismo inflamatorio y tromboembólico,
y ver si el paciente tiene neumonía por Covid-19. Cuando la saturación de
oxígeno es menor que 93, el tanque de oxígeno no es suficiente”, apunta Rudy
Coronado Bastarrachea.
Puntualiza que 85% de los pacientes cursa la enfermedad como
asintomático o con síntomas leves o moderados, 10% requiere hospitalización
para oxigenoterapia y 5% necesita cuidados intensivos.
Resalta que el área médica debe difundir información clara,
consistente, confiable y que dé certeza al paciente, pues con tanta información
por diferentes lados, las personas terminan mal informadas.
“Cuando una persona desarrolla Covid-19 necesita certeza,
tener la certidumbre de que lo que está haciendo es para su propia salud, y no
debe seguir inventos que le dijo el vecino o el compadre, como el uso de
fármacos no aprobados para esta enfermedad, imanes, consumo de dióxido de cloro
u otros”, añade el especialista.
Coronado Bastarrachea menciona que al inicio de la pandemia
eran tres los datos clínicos para sospechar de padecer Covid-19: tos, fiebre y
cefalea, y adicionalmente signos menores como malestar general, pérdida del
olfato y gusto.
Sintomatología variada
Pero con la nueva cepa la sintomatología varía: “Ya no hay
tos sino otros datos clínicos, a veces solo fiebre o diarrea, erupciones
cutáneas, escurrimiento nasal, dolores articulares; esto quiere decir que los
signos variaron, algo importante que la población debe tomar en cuenta”.
Si una persona es diagnosticada como positivo a la
enfermedad, reitera, lo más importante es revisar la oxigenación tres veces al
día (mañana, tarde y noche).
“Cuando la oxigenación está bien, no hay mayor problema,
pues lo compara con la diarrea, no es importante cuantas veces se defeque
siempre y cuando la persona esté hidratada. Con el Covid-19 sucede algo
similar, no es tan importante la fiebre o el dolor, siempre y cuando la
saturación de oxígeno esté arriba de 93. De ahí que sea el principal dato a
vigilar”, indica.
Ese indicador es clave y es la diferencia entre la gravedad
y la muerte o la recuperación, pues saber usarlo permite acudir a tiempo a una
unidad médica.
Coronado Bastarrachea apunta que cualquier síntoma o dato en
el organismo fuera de lo normal o que llame la atención, debe ser motivo al
menos de consulta en línea con su médico de confianza para que les oriente
sobre cómo proceder.
Indica que, aunque oficialmente a este repunte de casos no
le llama la tercera ola, hay que aprovechar la experiencia de las dos olas
anteriores para ver lo que se hizo mal y hacerlo un poco mejor, como enseñar el
uso adecuado del oxímetro y el momento de acudir a consulta.
Protocolos a seguir
El médico explica que si se tuvo contacto con un caso
sospechoso o positivo deben aislarse, y si la persona tiene sintomatología, se
debe realizar la prueba de inmediato. Si sale positiva, también debe aislarse,
mantener la sana distancia, reposar y cuidar la alimentación.
En caso de no tener síntomas, se deben esperar de tres a
cuatro días del contacto para hacerse la prueba, pues existe la posibilidad de
estar contagiado y ser asintomático, lo cual es importante saber para que la
persona no siga transmitiendo el virus.
La prueba indicada para esto es la PCR, ya que las pruebas
de antígeno pueden dar falsos positivos o negativos, y lo que la persona
necesita en ese momento es certeza.
Agrega que si, por ejemplo, en una oficina hay un caso
sospechoso o positivo, todos deben aislarse hasta cumplir cuatro días, que es
el protocolo que permite controlar los brotes.
Destaca que el Covid-19 no se va a ir, por lo que se debe
pensar en la modificación de ambientes en escuelas y oficinas, convertir estos
lugares en espacios ventilados que es lo que se requiere, y evitar el uso de
aire acondicionado, porque se sabe que el contagio se da por el aire, de manera
que lo que se necesita es que el aire circule.
Recomienda la implementación en lugares públicos de
medidores de CO2, que permiten corroborar si el espacio está ventilado o no.
El doctor Coronado Bastarrachea, enfatiza que las medidas de
sana distancia, uso de cubrebocas y lavado de manos siguen siendo fundamentales
para cuidarse de la pandemia. En tanto que se debe evitar estar en lugares
cerrados y con alta concentración de personas.
“Para ponerse la vacuna contra el Covid-19 hay que estar
completamente seguro de no tener sintomatología de la enfermedad, por lo que,
si hay signos como fiebre, dolor de cabeza u otros, no se debe aplicar la
inmunización”, recalca.
Hay personas que por estrés se les sube la presión arterial
cuando van a ser vacunadas, por lo que hay casos en los que se deben analizar
las circunstancias para tomar una decisión respecto a vacunarse o no.
Si tienes Covid-19 y te quieres vacunar
Si a una persona le dio Covid-19 tiene que esperar mínimo 30
días desde el último síntoma para aplicarse la vacuna.
“Ante dudas lo mejor es consultar al médico vía digital
sobre ponerse o no la vacuna, y no preguntar al vecino”, apunta.
Una persona que ya está vacunada puede adquirir la
enfermedad, ya que la vacuna solo evita la gravedad y disminuye el número de
defunciones”
El especialista recuerda que las vacunas refuerzan y
estimulan el sistema inmunológico del ser humano que es cuasi perfecto:
“La naturaleza nos dio mecanismos de defensa. Cuando
sufrimos un golpe y se inflama alrededor es un mecanismo de defensa, si hay un
sangrado y se forma una costra es un mecanismo de defensa; las vacunas hacen
algo similar, refuerzan el sistema inmunológico para que ante la presencia de
un agente externo salgan las defensas a combatir más rápido y eficiente la
infección”.
No hay que olvidar que las comorbilidades son factores que
elevan el riesgo ante otras dolencias, por lo que a pesar de estar vacunadas
las personas con obesidad, diabetes, hipertensión o padecimientos
inmunodepresivos deben ser más cuidadosos.
“Lo ideal es eliminar el sobrepeso o la obesidad, dejar de
ser sedentarios, eliminar el consumo de tabaco y alcohol, para que la
comorbilidad no sea un factor acumulativo para enfermedad grave o muerte por
Covid-19”, puntualizó Coronado Bastarrachea.
Fuente: Diario de Yucatán