Fueron declarados prófugos de la ley el tendero Florencio X.P. y María Asuri N.P., sobre quienes pesa los cargos de trata de personas en su modalidad de prostitución ajena, violación equiparada continuada y corrupción de menores continuada.
La pareja está acusada por esos delitos pues el sujeto ultrajaba constantemente a una menor desde los 11 años, con la complacencia de la madre, que también se acostaba con el sujeto.
El 2 de junio, dicho individuo alegó ante la jueza de Control de Valladolid, Claudia Crisol Antonio Mayor, que tenía síntomas de Covid y su coacusada que ese mismo día le iban a aplicar su vacuna y por eso no podría ir a la audiencia de imputación para saber de qué se les estaba acusando, pues de antemano conocían que saliendo de la sala iba a ser aprehendidos.
La jueza programó que se presenten el pasado 16 de junio y en esa ocasión la mala madre mandó un justificante médico, bastante mal hecho por cierto, diciendo que tampoco iría por tener problemas de colitis. El sujeto, ni se molestó de informar o mandar algún documento.
Para el 23 de junio, nuevamente fueron citados a comparecer, pero en esta ocasión ni uno ni otro asistió o justificó su inasistencia. Es por eso que se emitió una orden de aprehensión en su contra, en espera de que puedan ser capturados en Yucatán o alguna entidad aledaña.
Padre de niña se entera de los hechos
Resulta que el padre de la menor, el señor J.M.A.N., en agosto de 2018 dijo que llegó a él su hija y le comentó que no deseaba regresar con su mamá a Tixcacaltuyub, comisaría de Yaxcabá, pues su madre la trataba mal.
Cabe mencionar que el señor vive en Ticul y seis años atrás su esposa se llevó a sus tres hijos a Tixcacaltuyub, de donde es originaria, pues empezó a sostener una relación sentimental con un sujeto de nombre Rutilio Ch.P. y ella le impedía ver a los menores.
Meses antes, el mayor de sus hijos había escapado de la custodia materna y le dijo que no deseaba regresar con su madre, porque lo maltrataba mucho, lo castigaba sin motivo y dejaba sin comer.
Al poco tiempo, una de sus hermanas, que se encargaba de cuidar a la niña, que para ese tiempo contaba con 13 años, le dijo que tenía que hablar con su hija, que ésta le iba a contar unas cosas bastante desagradables.
Fue así que lo enteró que cuando tenía 11 años, la pareja de su madre se quedó sin trabajo y su mamá le dijo que tendría que ayudarla a pagar las deudas que había contraído.
La niña señaló que un día llegó hasta la casa que habitan en Tixcacaltuyub un auto blanco y su progenitora le dijo que la acompañara a Yaxcabá.
Este vehículo era manejado por Florencio, quien es el dueño de la tienda Diconsa del poblado, y las trasladó hasta una brecha de la carretera que comunica con la cabecera.
En ese sitio, su madre le dijo que tendría que acostarse con este sujeto y éste la forzó a estar con el prófugo de la justicia, para luego hacer lo mismo con la mujer.
Desde ese entonces los ataques se sucedieron durante casi dos años y por los mismos la mujer recibía entre 300 a 350 pesos, como pago por los servicios de ambas.
Explicó que para que no quedara embarazada, su mamá la obligaba a tomar pastillas. Y en agosto de 2018 se dio el último ataque en una brecha de Sotuta, donde su madre recibió 350 pesos.
Días después fue a Ticul y se vio con su padre, por lo que no quiso regresar más con su mamá y contó lo que ocurría.