Casarse es uno de los sueños a los que la mayoría de
las mujeres aspira, una fiesta hermosa, invitados
especiales, comida deliciosa y un vestido salido de un cuento de hadas....
Sin embargo, ¿que pasaría si a pesar de invertir todo el dinero
que tienes para que fiesta quedé perfecto, sucediera algo que evitara que ese
sueño que tienes se hiciera realidad?
El sueño de la boda perfecta terminó para una mujer, luego
de que se enterara que el vestido que mando a hacer no quedará como ella
quería, y es que resulta que destinó todos sus ahorros para que un diseñador
pudiera hacerle la prenda de novia más hermosa.
Por lo que cuenta la mujer,
el diseñador a quien le encargó el trabajo le pedía constantemente dinero
para hacerle arreglos al vestido, al punto de que ella se terminó todo el
presupuesto que tenía destinado a ello, y al final, se llevó una gran decepción
ya que el vestido de novia que le entregó no se parecía en nada a lo que ella
tenía en mente.
Pauli Arévalos, es una usuaria de Twitter que se encargó de contarle esta historia a sus seguidores y cómo el diseñador Fernando Preda la hizo gastar todos sus ahorros para que al final le entregara un vestido de muy baja calidad y que no tenía nada que ver con lo que había soñado.
Algo importante de mencionar es que la mujer aseguró
que nunca tuvo contacto frente a frente con el diseñador, pues todo el tiempo
se coordinaron a distancia ya que él radicaba en Tulum.
Pauli aseguró que desde el principio que lo contactó la
trató con mucha cordialidad, ambos acordaron el diseño y por consiguiente él se
encargó de mandarle varias propuestas, hasta que se decidieron por uno.
En las llamadas a distancia que tuvieron además del diseño
del vestido, hablaron sobre los materiales, el presupuesto y hasta un esquema
de pagos mensuales para que el vestido estuviera listo en enero de 2021.
En total, se sabe que el vestido tendría un costo total
de 2870 dólares, una cantidad que Pauli estaba dispuesta a invertir
por el que sería “el vestido de sus sueños”.
Con la esperanza por delante Pauli se encargó de cada mes
hacer los depósitos de dinero para que el diseñador pudiera comprar las telas,
perlas y materiales para confeccionarlo.
A pesar de que ella cumplía en tiempo y forma, el
diseñador nunca le enviaba fotografías del avance, al contrario solo recibía
excusas.
La falta de pruebas nunca significó para Pauli desconfianza
hacia el diseñador, al contrario ella siempre se mostró muy paciente.
Sin embargo, todo cambió cuando llegó enero de 2021, la
fecha de entrega, ya que nuevamente Fernando puso excusas y le exigió un total
de 20 dólares para terminar la prenda.
Como todo el pago estaba liquidado, Pauli comenzó a poner
exigente con la fecha de entrega, pues estaba preocupada sobre todo porque su
boda ya se acercaba.
Después de insistir tanto, Pauli por fin recibió su vestido, pero
no tenía el bordado que Fernando le aseguró que se había tardado más de tres
semanas en realizar, tampoco tenía los ajustes necesarios, ni era de la talla
que ella había solicitado.
Por si fuera poco con lo anterior, estaba manchado de tinta de pluma y en lugar de ponerlo en una caja, solo le colocó una bolsa de tela encima.