Los Juegos Olímpicos son una montaña rusa de emociones para los deportistas y ninguno lo sabe mejor que el boxeador irlandés Aidan Walsh, quien pasó de estar en la cima a caer a lo más bajo en cuestión de segundos.
Después de vencer el día 30 su combate de cuartos de final ante el púgil de Mauricio Merven Clair, el irlandés se dejó llevar por la emoción y comenzó a saltar para celebrarlo de una manera salvaje. Sin embargo, tuvo un problema. En uno de sus saltos de alegría, cayó torpemente sobre su tobillo y empezó a cojear alrededor del ring.
Según Associated Press , Walsh no asistió después a su pesaje para el combate de semifinales contra el británico Pat McCormack y su ausencia envió a este último directamente a la pelea por la medalla de oro.
El equipo irlandés ocultó el verdadero motivo explicando únicamente que la razón de su retirada era una lesión en el tobillo y que la dolencia había ocurrido durante el combate. Sin embargo, el púgil de 24 años no mostró signo alguno de problema físico en la pelea y solo comenzó a hacer gestos de dolor tras su fallida celebración. De hecho, tuvo que ser retirado en silla de ruedas.
Por buscar algo positivo, Walsh se irá de Tokio con una medalla de bronce, la 17ª presea olímpica del boxeo irlandés. Sin embargo, perdió la oportunidad de ganar el oro.
“Lo que ha hecho Aidan esta semana es un logro increíble”, declaró el jefe del equipo de boxeo de Irlanda, Bernard Dunne, a Associated Press. “Su actuación durante todo el torneo ha sido sobresaliente y es genial verlo escribir su nombre en los anales del deporte irlandés”.
