La mayoría de personas relacionamos a las vitaminas directamente con la salud. Situación que no ocurre en la misma medida con otro tipo de elementos, como las proteínas. Pocas veces escuchamos la advertencia de tener un déficit en proteínas o minerales, pero si un “déficit vitamínico”.
Las vitaminas y suplementos alimenticios: ¿Son seguros y eficaces?
Las vitaminas son un conjunto de compuestos orgánicos que el organismo no es capaz de sintetizar (o lo hace en niveles muy escasos). La realidad es que la industria de los suplementos vitamínicos factura millones cada año. Sus productos se pueden encontrar con facilidad en farmacias, herbolarios e incluso grandes supermercados.
Las vitaminas que realmente necesitas
La alimentación es indispensable para una vida saludable. Foto: Pexels
Obtenerlas es más fácil de lo que parece, ya que están basadas en alimentos naturales y variados como el pescado, frutas, verduras, frutos secos, cereales y más. Basta su ingesta para contar con lo suficiente en tu organismo.
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Es por ello que cuando se sigue una dieta sana y equilibrada, no se necesita ingerir suplementos. Claro que existen excepciones, como el embarazo o ciertas patologías. Por ejemplos, los veganos y vegetarianos podrían necesitar un aporte extra de ciertos nutrientes. Lo indispensable es que en estos casos se dirijan a un especialista o profesional de la nutrición.
Existen docenas de compuestos que se consideran vitaminas y son necesarias para los humanos. Algunas se disuelven en agua (hidrosolubles), y otras en grasa (liposolubles). Entre algunas de ellas tenemos a:
La vitamina A
Que contribuye a la regulación del sistema inmune, favoreciendo la proliferación de los glóbulos blancos, y a la regulación del crecimiento y desarrollo de las células del cuerpo. La mayoría de las formas activas son el retinol, la retina y el ácido retinoico.
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Las vitaminas del complejo B
El alpiste se caracteriza por su alto contenido de complejo B y fibra.
Compuesta por 8 esenciales: tiamina (B1), riboflavina (B2), niacina (B3), ácido pantoténico (B5), piridoxina (B6), biotina (B7), ácido fólico (B9). ) y cobalamina (B12). Entre sus funciones está ayudar con el crecimiento y desarrollo del cuerpo y los niveles de energía.
La vitamina C o ácido ascórbico
Un solo tomate puede aportar alrededor del 40 % del requerimiento diario de vitamina C. Foto: Pexels
Tiene una variedad de funciones en nuestro cuerpo, desde ayudarnos a absorber el hierro hasta ayudar a combatir los efectos de los radicales libres.
Según los especialistas, las vitaminas que se obtienen de la dieta son mejores que las que las que se consiguen de manera artificial. (F)
