Las dosis de refuerzo de las vacunas contra el COVID-19 aumentaron la protección contra las variantes delta y ómicron en tres estudios que analizaron las infecciones, los ingresos hospitalarios y las muertes en miles de pacientes en Estados Unidos.
Las terceras dosis de las vacunas de ARN mensajero fabricadas por Moderna y la asociación entre Pfizer y BioNTech fueron al menos 90 por ciento efectivas en la prevención de hospitalizaciones durante los períodos delta y ómicron, según un análisis de cientos de miles de hospitalizaciones.
La protección de las inyecciones contra las muertes por COVID sí disminuyó después de la aparición de ómicron, pero siguió siendo significativa, según un estudio separado de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EU (CDC, por sus siglas en inglés).
La urgencia de las vacunas y los refuerzos ha disminuido en medio de informes de que ómicron causa una enfermedad más leve que las variantes anteriores. Sin embargo, muchos hospitales siguen abrumados por la gran cantidad de pacientes infectados con la variante, lo que hace que la prevención sea una parte clave de la batalla contra el coronavirus.
Las dosis de refuerzo han sido controvertidas, ya que muchos países de ingresos bajos y medianos no han podido asegurar ni siquiera las primeras vacunas para sus poblaciones. Covax, el programa respaldado por la Organización Mundial de la Salud para distribuir dosis equitativamente en todo el mundo, alcanzó recientemente el hito de entregar mil millones de dosis, mientras que más de 500 millones se administraron solo en EU.
La OMS no ha respaldado el uso de refuerzos, a excepción de las poblaciones vulnerables, como los enfermos y los ancianos.
Alrededor de 63 por ciento de la población de EU está completamente vacunada y solo 24 por ciento ha recibido una dosis de refuerzo, según el rastreador de vacunas de Bloomberg. Eso se compara con el 49 por ciento en Alemania y el 55 por ciento en Reino Unido.
El estudio de hospitalización, publicado en el Informe semanal de morbilidad y mortalidad de los CDC, analizó más de 300 mil visitas por enfermedades similares al COVID-19 en departamentos de emergencia, clínicas de atención urgente y hospitalizaciones en 10 estados entre agosto y enero. Los refuerzos redujeron el riesgo de hospitalización en 94 por ciento en la era delta y en un 90 por ciento después de la aparición de ómicron.
En el otro estudio publicado por los CDC, las personas no vacunadas tenían un riesgo 53 veces mayor de muerte por COVID durante octubre y noviembre en comparación con las que estaban vacunadas y reforzadas. El aumento del riesgo para los no vacunados se redujo a 13 veces durante el auge de omicron, que ha demostrado capacidad para evadir la protección que ofrecen las vacunas.
Los refuerzos fueron respaldados por un tercer estudio que encontró que las dosis adicionales brindan una protección significativa contra el COVID sintomático causado tanto por delta como por ómicron. Las personas que recibieron una tercera dosis tenían menos probabilidades de buscar atención por infecciones sintomáticas que las que recibieron solo dos o ninguna, según el estudio publicado en la revista médica JAMA.