Una de las prácticas financieras más populares entre los mexicanos es transferir dinero entre cuentas propias. Sin embargo, esto podría convertirse en un problema ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Lo anterior podría suceder debido a que la autoridad fiscal podría atribuir estos depósitos a ingresos extras, a pesar de que los depósitos se realicen entre cuentas identificadas con el mismo Registro Federal de Contribuyentes (RFC).
De acuerdo con Mauricio Zamudio, asesor fiscal, aunque estas transferencias no generan pagos de impuestos, el problema radica en que el SAT podría identificar grandes diferencias entre los ingresos que declaras y los depósitos que recibes.
Esto podría ser considerado por la entidad fiscal como una discrepancia fiscal, la cual se define como un movimiento que evidencia un aumento en el patrimonio o fuente de riqueza.
Para evitar este tipo de problemas lo más recomendable es aclararle al SAT que estas transferencias bancarias se tratan de un préstamo propio y no de un ingreso adicional.
En ese caso los siguientes documentos podrían servir para documentar tus transferencias:
documentar una transferencia entre cuentas propias debes presentar los siguientes documentos:
Estados de cuenta.
Papeles de trabajo.
Copia del recibo en el que se especifique el monto y la cuenta de la que proviene el depósito, forma de pago, el número de cheque o reporte de transferencia, número y nombre de la cuenta bancaria abierta a su nombre.
Además, el contribuyente debe tener una prueba pericial contable que le permita comprobar:
El registro de cada una de las operaciones.
La correspondencia de cantidades entre sus cuentas.
Que su patrimonio no presente un incremento
