El expresidente de México Enrique Peña Nieto se ha instalado en España. El exmandatario del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó el país entre 2012 y 2018, solicitó una autorización inicial de residencia y trabajo que se le concedió en octubre de 2020, según fuentes conocedoras del caso. El permiso que tiene Peña Nieto es el conocido como golden visa o visado dorado, un trámite que permite regularizar a los grandes inversores que destinan al menos un millón de euros a la adquisición de activos españoles, que tienen un proyecto empresarial o que compran inmuebles por al menos 500.000 euros (10,5 millones de pesos mexicanos). La fórmula, creada en 2013 por el Gobierno de Mariano Rajoy, ha sido durante todos estos años la vía más rápida y privilegiada para que decenas de magnates rusos, chinos o empresarios venezolanos se instalen en España.
El político compró en 2020 un local comercial de 105 metros cuadrados con terraza interior en un edificio del próspero barrio madrileño de Chamberí, según consta en el registro de la propiedad. El cálculo del portal inmobiliario idealista.com le atribuye un valor superior a los 500.000 euros.
El local, escriturado el 18 de septiembre de 2020 y del que no consta hipoteca, ha pasado por una reforma reciente y es ahora un “piso de lujo”, según relata uno de los vecinos. El inmueble se mantiene vacío, asegura, aunque en alguna ocasión se ha juntado gente para cenar en la terraza y el acento mexicano ha acabado colándose por las ventanas del resto de los vecinos. El expresidente ha llegado incluso a participar en al menos una junta vecinal, según uno de los propietarios, que ha declinado dar más detalles de la reunión.
Peña Nieto, sin embargo, no reside en la capital y tiene hoy como vecinos a los actores Penélope Cruz y Javier Bardem y a algunas estrellas de la prensa del corazón. Vive, según han confirmado dos vecinos y una tercera fuente, en la exclusiva urbanización Valdelagua, en el municipio madrileño de San Agustín de Guadalix, a 40 kilómetros al norte de la Puerta del Sol.
Su casa, según el registro de la propiedad, es un chalet construido en una parcela de 2.500 metros cuadrados y consta de dos plantas y un sótano, donde se encuentra el garaje y una bodega. El resto es jardín. Un seto de cipreses protege la intimidad del exdirigente priista, que mantiene una enorme bandera de España ondeando en la explanada de la entrada. En la arbolada urbanización, en la que se ven pasar ferraris de color amarillo y los últimos modelos de coches de lujo, no puede entrar nadie que no esté autorizado por los residentes. Esa es parte de su exclusividad, así como la presencia de seguridad privada que hace rondas continuas por las callejuelas silenciosas que conectan a casi 300 chalets.
El inmueble no pertenece a Peña Nieto, sino a una constructora que lo adquirió por medio de una hipoteca de 889.500 euros, según el registro. El dueño de esta constructora es un empresario que también entró en el negocio de la consultoría informática y se internacionalizó en mercados como el de Chile y México. A pesar de los repetidos intentos para hablar con él, el empresario no se ha puesto en contacto con este periódico.
La autorización de residencia y trabajo de Peña Nieto expira en octubre de este año. Tras ese periodo de dos años de estancia legal en España, el exmandatario podría solicitar la nacionalidad española o simplemente renovar su permiso actual. En el caso de renovar sus papeles, obtendría un permiso de residencia por cinco años más. EL PAÍS se ha puesto en contacto con el despacho de abogados que ha gestionado su expediente, un bufete especializado en movilidad internacional, derecho migratorio y adquisición de la nacionalidad española, pero la respuesta de una de sus letradas ha sido: “No sé de qué me hablas”. Dos antiguos colaboradores del expresidente han declinado hacer declaraciones. El que fuera vocero de su Gobierno alega que no sabe cómo contactarlo, mientras que su exjefe de gabinete no ha contestado a la solicitud de este periódico. EL PAÍS no ha podido confirmar si Peña Nieto posee activos financieros en España, además de la propiedad del barrio de Chamberí.
El expresidente encabezó una Administración que pretendía encarnar la renovación del PRI, la formación que gobernó México sin interrupciones durante 70 años, pero dejó atrás una gestión llena de escándalos: de la versión oficial sobre el caso Ayotzinapa y las irregularidades en la investigación de la desaparición de 43 estudiantes a la compra de una mansión en una exclusiva colonia de Ciudad de México -formalmente propiedad de su entonces esposa, la actriz Angélica Rivera-, construida por una empresa que contrató con su Ejecutivo.
Su mandato, sin embargo, estuvo marcado sobre todo por la trama corrupta de la constructora brasileña Odebrecht. Uno de sus hombres fuertes, Emilio Lozoya, exdirector de la petrolera estatal Pemex, fue detenido a principios de 2020 en una urbanización de lujo a las afueras de Málaga, extraditado y encarcelado en México por los delitos de lavado de activos, asociación criminal y cohecho. La estrategia inicial de Lozoya para salir de prisión u obtener una reducción de condena consistía en aportar pruebas que incriminaran a la cúpula del anterior Gobierno, incluido el expresidente. La Fiscalía se ha resistido hasta hoy a llegar a un acuerdo.
Peña Nieto, en cualquier caso, optó por irse al igual que hicieron, en los últimos 30 años, otros dos presidentes priistas: Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) se estableció en Irlanda al poco tiempo de acabar su mandato y Ernesto Zedillo (1994-2000) se fue para ejercer la docencia en la Universidad de Yale, en Connecticut. Las informaciones sobre su decisión de abandonar México empezaron a circular a principios de 2019, meses después de ceder el testigo a su sucesor y rival político, Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, el exmandatario nunca lo ha reconocido públicamente y hasta llegó a negarlo a través de Twitter, en febrero de ese año. “Es absolutamente falso que yo haya comprado o rentado una propiedad en Madrid”. En ese mensaje aseveró que vivía en México con su familia y que no tenía contemplado mudarse “a España ni a ningún otro país”. Entonces no mentía, porque aún no había solicitado su residencia en España. Lo hizo algunos meses después.
En 2020, el tema volvió a la actualidad mexicana tras un reportaje de la revista Proceso, que ya dio algunas claves de la nueva vida de Peña Nieto en Madrid. La publicación mencionó entonces la urbanización Valdelagua, pero no explicaba en qué circunstancias el mandatario había conseguido instalarse en España de forma regular. La revista también señalaba algunos hábitos de Peña Nieto, como su afición por el golf en los clubes más selectos de la capital, algo que también ha confirmado EL PAÍS.
EL PAÍS
Ante las versiones que circulan sobre mi paÃs de residencia, aclaro: es absolutamente falso que yo haya comprado o rentado una propiedad en Madrid. Mi familia y yo vivimos en México. No tengo contemplado mudarme a España ni a ningún otro paÃs.
— Enrique Peña Nieto (@EPN) February 18, 2019