El consumo de medicamentos controlados, la ingesta de cactus con espinas, la autolesión con navajas, la cocción de pollo con jarabe para la tos, y la colocación de condones a través de la nariz son algunos de los peligrosos retos virales que ponen en riesgo la vida de muchos menores de edad, quienes los realizan con el afán por obtener más “likes” o “me gusta”.
De acuerdo con el experto en psicología, Hugo Sánchez Castillo, de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), muchas veces los retos en la adolescencia están relacionados con la aceptación social, lo que lleva a los jóvenes a realizar acciones peligrosas.
El investigador explica que los jóvenes buscan reconocimiento digital y una identidad en las redes sociales, especialmente debido a cómo cambió la forma de interacción durante la pandemia, ya que, hasta antes de 2019, a los menores de edad se les permitía usar dispositivos electrónicos entre 2 y 4 horas, pero con la pandemia, se les permitió utilizarlos por más de seis horas para fines educativos, de comunicación y entretenimiento.
Recomendaciones para evitar riesgos
Sánchez Castillo destaca que, si bien las redes sociales son parte de la nueva realidad de los jóvenes, es importante establecer límites en el tiempo de exposición y fomentar la capacidad de dudar de la veracidad de los contenidos que se encuentran en línea.
Además, advierte que algunos contenidos explícitos pueden ser generados por personas con problemas de salud mental o adaptación social, que pueden tener intenciones perjudiciales o autolesivas, pero que se presentan de una forma atractiva o inofensiva.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la mitad de los trastornos mentales en la edad adulta comienzan antes de los 14 años, pero la mayoría no son detectados ni tratados. Por lo tanto, es necesario tomar medidas para prevenir accidentes en línea y detectar problemas de salud mental en la adolescencia.
“Es importante prestar atención a los niños y jóvenes que viven en casa, ya que cambios en sus hábitos de sueño, marcas en su cuerpo o comportamientos inusuales, como el aislamiento social, pueden ser indicios de que algo anda mal y pueden estar relacionados con su consumo digital”, dijo el académico.
Según Hugo Sánchez, “el acompañamiento de un adulto es fundamental para los jóvenes en muchos aspectos, pero especialmente en lo que se refiere a los contenidos en internet.
“Los jóvenes también pueden ser víctimas de engaños en línea, especialmente si son susceptibles, por lo que es importante fomentar el pensamiento crítico desde el primer momento en que interactúan con las computadoras. De esta manera, podrán evitar dañarse a sí mismos cuando estén solos.”
Aunado a esto, la Policía Cibernética del Gobierno de la Ciudad de México recientemente publicó un comunicado en el que alertó sobre los peligrosos retos virales con peligrosos desafíos entre menores, y proporcionó algunas recomendaciones para usar internet de manera segura:
Configurar sistemas de control parental
Descargar y actualizar antivirus en todos los dispositivos electrónicos
Utilizar contraseñas fuertes y distintas para cada cuenta
Establecer reglas de tiempo de uso de los dispositivos electrónicos
Pedir a los niños y jóvenes que se comporten con respeto en todo momento
Hablar sobre los riesgos en línea y enseñarles a proteger su identidad
Según Hugo Sánchez, “prohibir algo sólo lo hace más atractivo, por lo que es mejor hablar con nuestros hijos e hijas y hacerles saber que no todos los desafíos virales son negativos. Enfocarnos en encontrar los retos saludables, como bailes, deportes, recetas de cocina, lectura o aquellos que involucren a toda la familia, es una mejor opción.”
Aunque no existe una cifra oficial, la UNAM sostiene que en países como Brasil, Venezuela, México, Estados Unidos, Italia, Reino Unido y Australia, se han registrado al menos 48 muertes o casos de daño irreversible a la salud, a causa de los retos virales.
Datos de la Policía Cibernética, indican que derivado del monitoreo permanente en la red, la Unidad de Policía Cibernética identificó alrededor de 500 incidentes relacionados con menores en 2022, ocurridos en México.