¡Qué viva México! es la más reciente película del director Luis Estrada, a quien seguramente recuerdas por otras grandes joyas del cine nacional, como La ley de Herodes (1999) y El infierno (2010). Fiel a su estilo crítico, el realizador vuelve a la carga –después de casi una década de su último proyecto, La dictadura perfecta– con una historia en la que, como él mismo asegura, “hace un fresco” de la situación actual y realidad de la sociedad mexicana.
Pancho Reyes (interpretado de manera magistral por Alfonso Herrera en el que es, quizá, uno de sus mejores papeles a la fecha) es un hombre de clase media con muchos sueños y aspiraciones: tiene una “familia perfecta”, está casado (la magnífica Ana de la Reguera), posee un “trabajo de ensueño” y lleva la “vida que muchos quisieran”. Todo da un giro de 180 grados cuando recibe la llamada de su papá (Damián Alcázar) para que vuelva al pueblo que lo vio nacer, La Prosperidad, pues esa ha sido la última voluntad de su abuelo, Don Francisco Reyes (Joaquín Cosío). Es a su llegada que comenzará una lucha encarnizada entre los miembros de su familia, donde cada uno de ellos “sacará el cobre”.
Con un reparto de lujo, que incluye nombres de histriones legendarios de la escena nacional, como Ana Martín, Angelina Peláez, José Sefami y Salvador Sánchez; así como talentos ya conocidos en la industria, como Edwarda Egurrola, Luis Fernando Peña y Álex Perea; y, claro, los actores “fetiche” de Estrada —Alcázar, Cosío y Silverio Palacios—; el director logra realizar un fresco bastante acertado –por no decir una radiografía– de la división de clases sociales que se vive actualmente en nuestro país, lanzando críticas a todos por igual. Sí, Luis Estrada “reparte parejo” para todos los estratos y colores políticos. La historia y los hechos que plantea son tan universales, que todos nos sentiremos identificados en algún momento de la trama.
Desde los créditos iniciales, el realizador nos pone en sintonía para ver una cinta “muy mexicana”, que no sólo aborda los tantos problemas sociales por los que atravesamos, sino que también se da tiempo para rendir un tributo a esos grandes clásicos del cine mexicano. Ahí está, por ejemplo, el triple personaje de Damián Alcázar, que nos recuerda al gran Pedro Infante en Los tres huastecos (1948); o guiños a las célebres El lugar sin límites (1978) y Los olvidados (1950). “¿Por qué estos guiños? Porque yo soy parte de una tradición, de una tradición de la cual me siento orgulloso”, confiesa el realizador. “No me avergüenzo, porque creo que nadie nos ha retratado mejor que el cine mexicano; nadie nos ha hecho entender cómo somos, por qué somos como somos, de dónde venimos, que justo estos maestros que acabamos de citar. Y hay muchos otros, hay cosas de Mecánica nacional, de Luis Alcoriza; de El ángel exterminador, hay cosas de películas de mi padre, como Los indolentes… O sea, yo me siento parte de esta tradición y ojalá algún día, dentro de 50 años, exista un joven que diga: ‘Oye, es que las películas de Luis Estrada me marcaron como a él lo marcaron las del Indio Fernández, las de Luis Buñuel, las de Ismael Rodríguez, las de Felipe Cazals, las de Jorge Fons”.
Por supuesto, la película ha estado rodeada de polémica desde antes de su estreno. Originalmente, ¡Qué viva México! iba a estrenarse en los últimos meses de 2022, sin embargo, Luis no llegó a un buen acuerdo con Netflix, que era la plataforma a través de la cual se iba a lanzar. “No hay otra manera de ver cine por primera vez que en el cine. Es fantástico que puedas tener acceso a todo desde la palma de tu mano, en tu televisión, iPad, en tu computadora o donde lo quieras ver, pero ir al cine es una experiencia que necesita de tus sentidos, es una experiencia que requiere de tu concentración, una experiencia colectiva”.
Además de lo anterior, Luis Estrada ha argumentado en varias ocasiones que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le ha puesto trabas para poder estrenar el largometraje. “¿Estás listo para que te dediquen varios minutos en la mañanera del Presidente?”, le pregunto. “Ya me ha dedicado varios minutos el señor Andrés Manuel. Un día salió a decir que yo era muy buen director, pero que era racista, porque no existen los indígenas malos, que todos los indígenas son buenos y puros; y yo había cometido la osadía, en una película que se llama El infierno, de poner a dos oaxaqueños, que además hablan un idioma que yo inventé. Lo puedes buscar en YouTube. Yo lo único que espero es que el señor Andrés Manuel López Obrador nos dedique una mañanera completa, pero también que me dé la oportunidad de decir lo que opino, tanto de su gobierno como de lo que está pasando en su país”, acota Estrada.
En cada uno de sus trabajos, Luis se ha encargado de plasmar los diferentes problemas sociales y políticos por los que ha atravesado nuestro país. Desde 1999, con La ley de Herodes, el fresco que Estrada ha ido pintando en celuloide se ha enriquecido. Pero, ¿ha cambiado algo de ese entonces a la fecha? “Te voy a decir otra cosa increíble, te voy a decir qué es lo que pasa; yo hice una película que se llama La ley de Heroes, porque quería hablar de la corrupción y la impunidad. La hice hace 23 años y la corrupción e impunidad siguen igual o peor. Luego decidí hacer una cinta para hablar sobre la desigualdad social, el neoliberalismo y sus efectos siniestros de la globalización; y es maravilloso que, hoy por hoy, la desigualdad social está peor de lo que estaba en esos años. Luego, mucho antes de que fuera lo que llegó a ser y lo que sigue siendo, quise hablar de la violencia y los efectos que iba a tener en una generación completa; y la violencia sigue igual. Posteriormente, busqué abordar los poderes fácticos y la manipulación de los medios; y todo sigue igual. O sea, nuestro Presidente, cuando estaba en campaña, decía que ahora sí iba a poner en orden a la mafia del poder, pero ahora los invita a comer tamales al Palacio Nacional. Entonces, no quiero ser tan pesimista como soy en la vida real, pero el problema es que nos vamos quedando con todos esos problemas y a ver si no nos quedamos también con esta polarización e intolerancia. Ojalá, no. Espero equivocarme”, remata Luis Estrada.
Tras haber ganado el Premio Ariel hace un par de años como Mejor Actor gracias a su trabajo en El baile de los 41, es muy probable que para la próxima entrega del galardón vuelva a ser considerado. Y es que su labor en la más reciente cinta de Luis Estrada no sólo es perfecta, sino que su personaje es de esos que cuentan con un arco dramático ideal para el lucimiento de un buen histrión. “Lo que te puedo decir es que, como te puedes dar cuenta, Luis entiende de una forma muy, muy profunda su proyecto y trabajar con un director que sabe perfectamente lo que quiere en el set, que entiende la obra que está contando, es un placer… Luis me cambió la carrera”, confiesa Herrera y continúa: “¿Por qué me la cambió? Porque fue algo muy interesante, me dio perspectiva y hacia dónde quería ir, qué era lo que quería hacer. Te puedo decir, como parte del proyecto y como espectador, que recuerdo pocas súper producciones mexicanas como ésta. Como actor es un arco soñado para cualquiera. Como bien lo dijo Luis en unas reflexiones que nos mandó, tomando algo que escribió Octavio Paz, la vida del mexicano se debate entre chingar y ser chingado, y esa es la realidad de Pancho y el arco es algo espectacular”.
Y es que el personaje de Pancho Reyes también es un reflejo de todas aquellas personas que se avergüenzan de su pasado y lo niegan. “El pasado representa a la persona que eres, nunca hay que negar tu pasado”, acota Poncho Herrera. “Al contrario, yo te puedo decir que todo lo que fue, todo mi pasado, me hace la persona que soy en este momento y eso es algo muy importante”. Además de que, para él poder colaborar con un cast de ese calibre es un verdadero deleite: “Está el reparto, la producción, nombres como Ana Martín, Ana de la Reguera y muchos más. Es un cast soñado, ¿no? Imagínate ir al set y ver este abanico, no solamente de colores de personajes, sino también de compañeros y compañeras. Fue algo increíble”.
¿Cuándo se estrena ¡Qué viva México!?
De esta manera, la más reciente cinta de Luis Estrada llega a las salas de cine este 23 de marzo. Sin duda, uno de esos largometrajes que bien vale la pena ver en pantalla grande y disfrutar como debe ser.