El pasado martes 19 de abril, se dio a conocer que el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) apoyó, con ocho de 11 votos, el proyecto del ministro Luis González Alcántara, quien propuso invalidar la reforma que promulgó el Gobierno de México en septiembre del 2022 para trasladar la operación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en vez de a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
CIUDAD DE MÉXICO, 05DICIEMBRE2023.- Autoridades de seguridad del gobierno conformaron la detención de de Ovidio Guzmán hijo del Joaquín Guzmán Loera. El también apodado "ratón" permanece en las instalaciones de Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), dicho inmueble custodiado por una fuerte presencia de elementos de la Guardia Nacional.
El ministro argumentó que en la reforma constitucional que creó la Guardia Nacional en 2019 se establece que la administración de este cuerpo, que en la actualidad cuenta con cerca de 128 mil elementos, debe estar a cargo de la secretaría encargada de la seguridad pública.
Por su parte, la presidenta de la SCJN, la ministra Norma Piña, consideró que “es fundamental optar por un entendimiento estricto y diferenciado de la seguridad nacional y de la seguridad pública o seguridad ciudadana, con base en el cual, las funciones de seguridad pública son de competencia exclusiva de las autoridades civiles”.
Ante este golpe al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), varios columnistas y articulistas escribieron sobre el tema este miércoles.
El periodista Mario Maldonado, en su columna Historias de NegoCEOS, habló sobre la decisión de la corte. En su columna titulada “Golpe de Autoridad de la presidenta de la Corte”, menciona que Norma Piña dio un golpe de autoridad y de legitimidad.
Califica el hecho como el segundo “round” ganado por la ministra que llegó a lo más alto del poder judicial con el apoyo de la mayoría de sus compañeros y compañeras, quienes en diversas ocasiones han sido agraviados por el mandatario López Obrador.
Señala que el primer “round” ganado por Norma Piña fue el de imponerse como máxima autoridad del Poder Judicial, a contracorriente de los deseos y la operación del gobierno federal. “Este es el segundo manotazo sobre la mesa para declarar la independencia de la Corte y del Consejo de la Judicatura Federal, echando por tierra el esquema de entregar formalmente la seguridad ciudadana a las Fuerzas Armadas”, señala Maldonado en el texto.
Explica que, detrás del revés al presidente López Obrador y el Ejército Mexicano, está la “todopoderosa” ministra Norma Piña, quien, menciona, mantiene una alianza con el autor del proyecto que se puso a votación, el ministro Juan Luis González Alcántara, que también se ha afianzado en la corte como una pieza que articula las estrategias que vienen desde su presidenta y es quien apaga fuegos de índole interna.
Otro de los periodistas que escribieron sobre el caso, fue Alejandro Hope, en su columna Plata o Plomo. En su texto, titulado La tremenda victoria en la tremenda Corte, señala que el pasado martes ocurrió algo inusual en el actual sexenio: que en un tema de primerísima relevancia para el jefe del Ejecutivo Federal, la SCJN se pronunció por la Constitución y en contra de Palacio Nacional.
Menciona que el proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara, sobre una acción de inconstitucionalidad en contra de la transferencia del control administrativo y presupuestal de la Guardia Nacional a la Sedena, encontró, para sorpresa de muchos, ocho votos.
Con esto, señala, el intento de AMLO de reubicar a la Guardia Nacional en la Sedena sin reformar la Constitución fracasó de manera estrepitosa. Y hace un listado de por qué esto es importante, entre los que se encuentran:
1. “Es un golpe seco al proceso de militarización. Señala que la Constitución marca rayas y que el límite a los poderes y responsabilidades de las secretarías militares no es la imaginación del presidente”.
2. “Por lo menos, le pone un poco más difícil la transición a Sedena. Regresarían probablemente a las prácticas de simulación que marcaron los primeros tres años de la GN, pero eso les abriría riesgos administrativos y hasta penales. Y con esos riesgos, vendrían oportunidades para renegociar los términos del arreglo entre civiles y militares en un gobierno futuro”.
3. “Significa un rechazo contundente a la práctica de aprobar reformas legislativas inconstitucionales (sabiendo que son inconstitucionales), con la expectativa de que no se encontrará una mayoría de ocho en la SCJN para invalidarlas. Esto tal vez empiece a hacer un poco más difíciles los Planes B”.
4. “Deja en claro que la división de poderes sigue viva, que aún existen frenos y contrapesos al poder presidencial y que la mayoría no se va a salir siempre con la suya”.
Califica la acción como una severa derrota para el presidente, y señala, el día de hoy se esperan su reacción, “no va a ser linda”. Menciona que posiblemente esa reacción estará llena de insultos y calumnias, centrando su furia en la ministra Norma Piña, sin embargo, no hay suficientes insultos en el mundo para quitar el golpe recibido.
Por su parte, el columnista Carlos Puig, en su columna Duda razonable, también escribe sobre el tema, centrándose más en la relación entre AMLO y el Ejército. En el texto titulado “El Ejército, el Presidente y lo que no imaginamos”, menciona que quienes han seguido la trayectoria política del presidente López Obrador, no hay muchas sorpresas en lo que ha hecho e impulsado desde la Presidencia en los cuatro años en los que ha estado en el cargo.
Señala que en sus acciones están ideas y propuestas que viene haciendo hace más de 20 años, cuando se incorporó a la política nacional como presidente del PRD.
Califica como inimaginable que el Presidente pondría tanto de su sexenio, obras y proyectos en manos del Ejército mexicano, pero menos se imaginaba que sería la relación, la del mandatario con los militares, la que, al parecer, será la marca de su sexenio. Dice que, en unos años, cuando se recuerden estos tiempos, el crecimiento del Ejército, sus nuevos roles, sus empresas, sus conflictos legales y constitucionales, su papel en matanzas, será la marca del sexenio.
Señala que, por ser Ejército, no se aplican de la misma manera las reglas y normas (administrativas, ambientales, de seguridad y laborales) que estorban y hacen lentos e ineficientes a los civiles. “Las fuerzas armadas, además, tienen una aceptación entre la población —más por los libros de primaria de historia que por la realidad del último medio siglo— que es buena políticamente”.
Dice que ellos sí pueden espiar, decirle no al INAI descaradamente, obstaculizar lo que el propio gobierno ha hecho para cumplir su promesa de resolver Ayotzinapa. “Así le irá a la Suprema Corte desde la mañanera de hoy por las buenas decisiones que ha tomado en estos días”, refiriéndose a lo que hizo la SCJN el pasado martes.
