A raíz de la pandemia de covid-19, cada vez más operaciones se realizan en el mundo digital atrayendo una proliferación de fraudes que obliga a las empresas a adoptar nuevas tecnologías para proteger a los clientes.
La encuesta Rostros del fraude: experiencias de los consumidores con el fraude y lo que significa para las empresas, realizada por SAS en 16 países, encontró que más de 70% de los consumidores ha tenido al menos una experiencia de fraude y cuatro de cada 10 han sido víctimas dos veces o más.
A lo que se añade que casi la mitad consideró que ha enfrentado más casos de fraude en 2022 que en los años anteriores, lo que hace que 86% admitiera ser más cauteloso.
El fraude ha aumentado en diferentes formas debido a la rápida digitalización en los procesos de transacción y es un problema que llegó para quedarse”, advirtió el director de Fraude e Inteligencia de Seguridad de SAS, Greg Henderson.
Los métodos
En entrevista con Excélsior, detalló que los defraudadores ya no se enfocan en robar plásticos de tarjetas de crédito o débito, ahora su método es el robo de identidad o creación de identidades sintéticas.
Su idea es usar esas identidades para abrir cuentas bancarias, pedir préstamos, comprar cosas y no pagarlas, obtener pólizas de seguro y hay todo tipo de cosas que pueden hacer”, agregó.
Esto coincide con lo registrado en la encuesta, ya que la estrategia de fraude más común fue intentar obtener detalles bancarios o datos personales siendo los teléfonos móviles y el correo electrónico los principales canales de comunicación usados por los estafadores para establecer el contacto inicial.
Henderson recordó que en Estados Unidos uno de los mayores fraudes ocurrió contra el gobierno, ya que los criminales trataron de usar identidades robadas o creadas para cobrar el dinero de los programas de recuperación de covid-19.
Mientras que en el sector privado estadunidense se ha visto la apropiación de cuentas, es decir, se logra tener acceso a una cuenta para vaciar sus fondos o, bien, se roba una identidad para abrir líneas de crédito.
Lo que se necesita
Ante esta situación, 89% de los encuestados consideraron que las organizaciones deberían hacer más para protegerse contra el fraude, por lo mismo tres cuartas partes aceptarían más retrasos y controles en sus transacciones y 80% estaría dispuesto a utilizar métodos biométricos.
Para el director de fraude e inteligencia de seguridad de SAS lo que necesitan las organizaciones, ya sean financieras, comercios o de otra vertical, es implementar una seguridad en capas para detener el fraude.
Dichas capas pueden ser desde el uso de biometría para comprobar la identidad, pasando por varios requisitos, por ejemplo, para otorgar un crédito hasta sistemas de análisis de datos o inteligencia artificial que monitoreen sus hábitos y puedan detectar cuando hay un comportamiento extraño.
Henderson aceptó que el panorama de fraudes será aún más complicado en el futuro por el uso de la IA generativa, capaz de falsificar la huella dactilar y el rostro, por eso las empresas deben comenzar a protegerse oportunamente.