El pasado jueves, comenzó a correr una fotografía en la que se ve al Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) arriba de una camioneta que se quedó atascada en un camino lodoso, cuando intentaba llegar a Acapulco para supervisar la recuperación del puerto, luego del paso del Huracán Otis, que dejó severos daños, así como 27 personas sin vida y 4 desaparecidos.
Esta fotografía representa el estilo de gobernar de AMLO, pues ni avanza ni retrocece: está estancado. Así lo asegura el periodista Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente personal de este viernes, titulada Una foto, estilo de gobernar.
En su texto, Riva Palacio describe lo que sucedió en esa foto. Señala que a López Obrador se le ve con una cara de preocupación e incertidumbre, mientras miraba el lodo y militares y ayudantes trataban de sacarlo del atolladero. “López Obrador estaba paralizado y había caído en una trampa natural, a donde él mismo se entregó por actuar con más estómago que cabeza. No lo pudieron sacar y un vecino entró a su rescate con una camioneta de redilas”.
Recuerda que, horas antes, en la conferencia de prensa matutina, López Obrador había reconocido que no tenía información de Otis porque se encontraban incomunicados, pero dijo que posiblemente visitaría Guerrero y señaló que varios secretarios iban en camino, mientras, se mantendría al pendiente.
Luego, se dirigió a Acapulco en una acción impulsiva pero desorganizada, actuando como un jefe de Estado atento, pero que en los hechos dejó al país sin Presidente, pues en vez de ocuparse del control y la coordinación de las tareas de emergencia en Guerrero, viajó al corazón de la emergencia y se quedó incomunicado. “¿Quién tomó las decisiones fundamentales en ese tiempo? Lo que se puede corregir es que fueron los funcionarios quienes, en su campo, ocuparon el vacío que dejó López Obrador, como el Ejército y la Comisión Federal de Electricidad, que pusieron a disposición de los medios voceros para que informaran sobre lo que estaban haciendo y evitar los rumores, dice Riva Palacio.
Explica que no se sabe que hizo López Obrador en Acapulco, pues no hay registro de nada, ni siquiera evidencia de que había visitado el puerto, y si en verdad estuvo en la zona devastada, no se informó de nada al respecto. “Pero esto, que no tiene consecuencia alguna, por cuanto a los daños que causó Otis, habla de la forma atrabancada e irresponsable con la que actúa López Obrador”.
Dice que AMLO solo le tenía miedo a tres cosas: que su corazón no le permitiera terminar su sexenio, Estados Unidos y un desastre natural. Explica que las primeras dos las podía controlar, con medicamentos y “un manejo torero y concesiones, como hizo con Donald Trump y hace con Biden”, mientras la tercera estaba completamente fuera de sus manos, y aún así en 2020 decidió desaparecer el Fondo para Desastres Naturales y en nueve meses su gobierno gastó 300 mil millones de pesos.
AMLO asegura que desapareció el Fonden pero no sus recursos, y según la Secretaría de Hacienda, se dispone de 18 mil millones de pesos para desastres naturales, suficientes para poner de pie a Acapulco, afirmó el Presidente.
Asegura que el huracán también puso en evidencia las deficiencias en la prevención, pues si bien fue un huracán atípico, hubo horas para actuar sin hacerse nada.
“La fotografía en la brecha es la síntesis del colapso presidencial en la toma de decisiones, resultado no de un momento, sino consecuencia de una forma ultrapersonal de gobernar, sin orden ni delegación de funciones, sin recursos, prevención y, en muchos casos, sin capacidad. Su rescate en una estaquita comunitaria resumió la forma como sale de problemas”, concluye el periodista.
