El marzo de 2017, un hombre salió a caminar con su perro cuando encontró algo inesperado.
Un pequeño cachorro, que había sido abandonado debido a sus deformidades y problemas médicos, se encontraba sentado a un lado de la carretera.
Nadie sabía si el perrito podría sobrevivir, pero por suerte su rescatista llegó a tiempo y pudieron actuar a tiempo.
Una rápida actuación
El hombre llevó al perro a la oficina local de control animal, donde el personal contactó con varias asociaciones de rescate.
Aunque al principio no recibieron muchas respuestas, lograron hablar con Leslie Bird, fundadora y directora de NorCal Bully Breed Rescue. En cuanto vio al perrito en una publicación de Facebook, Leslie dejó todo lo que estaba haciendo para ayudar al animal.
"Teníamos a este pequeñín frente a nosotros", expresó Bird. "Tenía muchas ganas de vivir, y en ese momento disponíamos del dinero necesario para ayudarlo". Después de recibir un nombre cariñoso, Buggy fue llevado al veterinario de urgencia.
El Dr. Bleakley, que se encargó de atender al animal, calculó que el cachorro tenía alrededor de cuatro meses de edad, pero pesaba tan solo 4,5 kilos.
Además de la desnutrición, el pobre perrito presentaba numerosos problemas de salud, casi todos genéticos, ya sea por mala praxis en la cría o debido a un exceso de crianza cruzada.
Uno de los defectos genéticos que sufría le provocó unos ojos saltones como los de un insecto, de ahí su particular nombre (Buggy, bug: insecto en inglés).
Un perrito feliz
A pesar de sus problemas de salud, basta con interactuar con el animal para darse cuenta de que es un perro muy feliz.
Bird siguió compartiendo el progreso del cachorro en Facebook. A pesar de las malas lenguas de algunos usuarios, siguió adelante apoyando al perrito y ofreciéndole una calidad de vida:
"Uno de los comentarios decía que Buggy tenía que ser rescatado de nuestras manos para poder ser sacrificado en paz", confesaba Bird. "Así que comencé a borrar los comentarios. Solo quería pensamientos positivos".
Los veterinarios que trataron a Buggy estaban todos de acuerdo: no había razón para sacrificarlo. El perrito fue sometido a varias cirugías y el equipo médico hizo todo lo que estaba a su mano para que su salud mejorase.
El resultado fue muy positivo. ¡Esperemos que Buggy tenga una vida larga y feliz allá donde esté!